Vida Codiciosa

Era tuyo

Gabriel, estaba sentado en el escritorio,  su pensamiento estaba en aquella noche donde su lengua se deleitaba en el cuerpo de ella, él se levantó soltando un suspiro...

Ulises: Ese suspiro es por ella, ya te perdí amigo cuando ella regrese seguro y la pierdo a ella.

Gabriel: ¡¡maldición 20 días!! Ulises  hasta cuando de que me sirve tanto poder.

Gabriel estaba completamente frustrado movió cielo y tierra, pero no logro dar con ella.

Día antes Michelle recibió un mensaje de Rafaelo para que fuera a la mansión de él pero de camino sintió apetito, y entró en un restaurante donde pidió algo ligero, y un jugo dejo su BMW en el estacionamiento del restaurante, en el momento que bebió el jugo se sintió mal, pagó la cuenta y fue al automóvil pero cuando iba a entrar cayó desmayado, y cuando despertó estaba alado de Diana amordazado.

20 días han pasado Diana y Michelle desde aquel día, no cruzaban palabra, Diana dormía en un lugar de la cama y le prohibido Michelle que se acerque a ella.

"Te llevaré conmigo  lo prometo Diana,  aunque tenga que dar mi vida por ti, aquí no te quedaras" espetó Michelle y Diana solo lo miró caminó en dirección del baño.

Diana

Entre al baño llena de sentimientos, mi corazón latía a mil, ¿en que  pensadas Diana? Me dije a mi misma entrando bajo de la ducha mis ojos ardían,  sentí mis lágrimas caer mezclándose con el agua, tenía muchos sentimientos encontrados, deseo de más, y odio a la vez las imágenes rondaban mi mente, cerré fuerte mis ojos solté un jadeo inconscientemente, pude sentir como él me abrazo por la espalda, pasando suavemente sus manos en mis bubis, sentí que apretó con delicadeza me atrajo más hacía él sentí su enorme hombría en mis glúteos, me giro y levanto en sus brazos ejerciendo presión en mis glúteos mi espalda estaba contra la pared y sentí como jugaba en mi entrada, mientras sus besos iban intensificando, lo deseaba tanto lo quería adentro solté un jadeo y mordí sus labios, comenzó a darme estocadas suaves, una mano puso en mi nuca enredando mi cabello en sus dedos, besaba con tanto deseo que me enloquecía si esto era pervertido,  prohibido pero no quería parar solo deseaba sentirlo, no sé cómo iba a parar esto.

"Te gusta, Diana dime si te lastima en esta posición" dijo él su voz ronca y entrecortada cerca de mis oídos me hacían estremecer.

"Sigue,  no te detengas" fueron mis palabras entre jadeo, claro estaba con mi ex novio, y ahora esposo de otra mujer, sabía que si yo quería podía tener a cualquier hombre a mis pies, uno de ellos era  Gabriel,' Diana en que piensa, concéntrate' me dije así misma.

Los dos estábamos encerrados en un lugar, teniendo sexo, como si nada pasará.

"Señor ¿Rafaelo que hará con ellos?" Preguntó un hombre

"Mm, se divierten por ahora los dejaré, Michelle no tiene idea que fuimos nosotros los que le trajimos aquí." dijo Rafaelo observando la imágenes de los amantes.

Mientras que en la Toscana,  están desesperados buscando a Diana sin tener pistas sobre su ubicación...

"Ulises estoy muy preocupado no sé que hacer no hay pista sobre Diana" decía Gabriel con preocupación.

"Te entiendo,Antonella  me ha llamado pero como le dije no hay nada sobre Diana es como si se la hubiera  tragado la tierra." Contestó Ulises

Pronto escucharon ruidos en la puerta y entraron 4 hombres fortachones vestidos de negro con capucha solo se veían los ojos.

"¡Tu contra la pared!" Dijo uno de los hombres con voz distorsionada.

Diana sintió mucho miedo comenzó a temblar, pero Michelle que enseguida se dio cuenta de cómo estaba ella habló: " por favor no le hagan daño a ella, a mi háganme lo que quieran pero ella no" dijo con firmeza el empresario, cuando de pronto lo golpearon y cayó de rodillas.