guerra entre hermanos

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Antes de irse Gabriel lleno de ira regreso adentro intentando quitar su odio, saco el bisturí y sonrío con malicia. "¡¡Veras aunque me dijiste cosas concretas, necesito saber más!! ¿¿Dígame mis hijas están vivas??". Él estaba furioso. Tomó la cabeza del hombre entre su brazos y apunto con el bisturí.

"Señor se lo diré todo, pero por favor, aleja eso de mi ojo".

El hombre miraba el bisturí y temblaba como un cordero.

Enseguida, Gabriel apartó el objeto del rostro del hombre y dijo. "Te escucho"

A decir verdad, el había apostado a qué el hombre hablaría sí o sí. Por lo tanto, volvió a abrir la boca para decir.

"¡Suelta eso Gabriel! Ya estuvo bueno" Gritó Javier al tomar su mano le quito el bisturí, Javier nunca desde que esta cerca lo vio así de enojado.

Él pobre hombre suspiro dejando salir aquel miedo que se apoderó de él por unos segundo.

"Déjame Javier, quiero saber más". Si el pobre Gabriel lloro la muerte de su esposa e hijas y resulta que están vivas". Gritó Gabriel con lágrimas en sus ojos, pero él hombre que estaba muerto de miedo habló.

"Sus hijas son hermosas, ellas están bien son niñas muy dulces, lo siento señor". El hombre se lamento sintiendo pena por aquel hombre frente a el, ahora sabe que aquellas mujeres son frías y sin sentimientos.

Por otro lado...

El general, simplemente se encogió de hombros, ahora comprende el porqué Rafaelo tiene la sangre tan fría.

Mientras en una de las azoteas, Víctor ya no puede seguir escuchando más.
Quería a Rafaelo, y aunque haya escogido subir para tener mejor comunicación estaba temeroso.

"¡Ese maldito me engañó toda la vida! ¿Cómo se atrevió a verme la cara?". Decía Roger

-¡Bueno, creo que ya escuché suficiente! En ese momento el aura de Larsson, fue otro, y su mirada reflejaba odio y sin importar cuántas armas lo apuntaban, salió del círculo y se dirigió directo a Rafaelo.

"¡Malnacido!". Y lo golpeó en el rostro.

"¿Qué esperan?, abran fuego". En ese momento, los matones de Rafaelo,enfocarse un poco más atrás, vio a un hombre caer.

Fue Roger, fue mucho más rápido y tiró del gatillo antes de que el malhechor lograra poner el arma en la cabeza de Larsson.

"Nadie va herir a mi hermano". Dijo Roger y comenzaron a disparar BAM, BAM Larsson volvió la cabeza lentamente, sus manos sudaban, y por un momento tembló.

"¡Gracias hermano! Me salvaste la vida".

"¡De nada somos hermano!" Tras esa respuesta, Larsson agachó y levantó a Rafaelo del suelo.

"Así se defiende a tu hermano".Un agente como tu mejor dicho General del ejércitojamás se ocultaría detrás de uno, durante años, no has dejado solo a Roger, dile porque, dile vamos". Decía Rafaelo sangrando gracias a una bala que atravesó su brazo.

Roger miró a su hermano y luego a Rafaelo se sentía algo confundido,"¿que pasa?". Pregunto él con nerviosismo.

Todo el lugar había sido arrasado, solo eran uno cuántos agentes y hombre heridos, parece que todo había acabado.

Larsson miró con tristeza a su amigo," somos hermanos, Rafaelo y yo llevamos la misma sangre, te juro que te lo iba a decir". Dijo él general con tristeza, pero le sorprendió la respuesta de su amigo.

"Ah eso,mm pues lo siento hermano yo en este tiempo averigüe muchas cosas, pero no me importa porque se que tu no eres como él". Dijo Roger y en su rostro aparece una sonrisa malévola.

Al momento de terminar de hablar, escucharon un fuerte grito. "no..." esa voz era la de Daniel, y cuando Roger volteó lo vio interponerse.

Este último lo apuntaba y disparó sin piedad, su objetivo era Larsson, pero Daniel interpuso.

El tiempo se detuvo en ese escena, y Roger logro recordar cada momento junto a su asistente. Daniel era más que eso, fue el único que estuvo junto a él cuando todos desaparecieron así como Larsson y Luciano.

Además, Roger conocía el secreto de Daniel, era hijo de Larsson pero nunca se animo a decirle.

En ese instante, Roger elevó su arma y estaba por dispararle al los hombres , pero lo vio recibir varios Impactos.

Siguiendo el recorrido de las balas, dio justo en el brazo de Daniel.

El joven no lo mató, el primer disparo fue al brazo que sujetaba el arma, después le disparó al otro brazo y en las piernas.

"¡¡Daniel, amigo!". Roger se apresuró y fue a socorrer a Daniel.

"¡Esto duele!". Se quejó el hombre en el suelo. Mientras que Roger le quitaba la camisa y el chaleco antibalas, aunque Daniel era muy joven de unos 24 años, y Roger ya era de 48 años, se llevaban muy bien.

"¡Oye! ¡Qué suerte tienes!". Roger comprobó que su asistente no tenía ningún disparo que comprometa su vida.Pero si tenía el brazo herido. La frente de Roger gateaba sudor y se limpió al mismo tiempo que respiró con alivio.

"¡Esto pasará! Te recuperas, ya lo verás". Dijo Roger con tranquilidad.

Mis queridos lectores sigan dejando sus comentarios y estrellas son de mucha ayuda, muchas gracias, Mary❤️

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