The Society |One Shots|

O31. Luke y Clark |Talento|

— ¡Y no quiero verte nunca más! —grité, cerrando la puerta de golpe y recibiendo aplausos por parte de la audiencia.

Las luces se fueron apagando y el telón apareció, tapando el escenario. Mis compañeros de reparto se acercaron, abrazándome y con un ramo enorme de flores.

Esta noche había sido la función. Por fin habíamos presentado al mundo la obra en la que estuvimos trabajando casi todo el año. Como protagonista de la misma, no podía sentirme más orgullosa. Todo había salido bien. Bueno, casi todo.

— ¡¿Quién es genial?! ¡Nuestra amiga lo es! —Clark saltó sobre mí, provocando que ambos cayéramos.

— Sal de arriba, mono —Luke lo apartó y me ayudó a levantarme. Esta vez me tiré yo sobre Clark, evitando caer al suelo. Éste me tomó entre sus brazos y dio una vuelta paseándome por el aire.

— ¡Gracias por venir! ¡No puedo creerlo! —grité, un poco aturdida por todo el ruido que había sobre el escenario— ¡Los quiero! ¡Gracias, gracias, gracias! —me tiré sobre Luke, quien me sujetó y me abrazó con fuerza.

— Chicos, ¿pueden salir del escenario? volveremos a aparecer —Cassandra se acercó, echando a mis amigos. Ellos accedieron y bajaron, esperándome en las butacas. El telón se abrió por última vez y todo el elenco se despidió, recibiendo más aplausos y unos cuantos silbidos.

Una vez eso terminado, me cambié con rapidez y salí de allí para encontrarme con mis amigos. Los chicos me esperaban fuera de la escuela, sentados en el capó del auto de Luke. Al verme, ambos soltaron un grito de alegría. Por su reacción, éste de seguro ha sido el mayor logro de mi vida. Qué deprimente.

— Gracias por haber venido —volví a decir por décima vez en la noche, mientras devoraba la hamburguesa que me habían comprado entre los dos.

Ahora que la emoción y la adrenalina del momento había pasado, me dio un poco de claridad sobre lo que acababa de pasar. Hice la función que tanto deseaba, por la que tanto trabajé, por la que no dormí más de 5 horas por semana... y ya todo había terminado. No había nada más interesante sucediendo en mi vida, no tenía nada para mí. Era algo de lo que quería hablar con los chicos, pero se les vio tan ilusionados y felices viéndome haciendo lo que me gusta, que sinceramente no tenía ganas de bajarla.

Mis amigos... los únicos que tenía o al menos los que consideraba más cercanos. No se me era fácil hacer amigos, ya que suelo chocar mucho con la gente. Durante los ensayos para la obra me peleé con cada persona involucrada en la misma. No hubo nadie que se salvara de tener aunque sea una mínima discusión conmigo. Era un problema, lo sabía, pero a la vez me gustaba ese tipo de intimidad al tener solo dos amigos. Me sentía segura, con confianza, sin miedo a ser yo misma. Aunque, no voy a mentir, a veces se dificulta un poco.

Nunca he tenido una relación formal con un chico. Siempre que estamos por dar el siguiente paso algo sucede que hace cambien de opinión. Mi teoría es que se sienten intimidados por mi amistad con Luke y Clark, pues entiendo que no es fácil salir con una chica que solo se relaciona con dos chicos que, además, son capaces de romper unas cuantas narices en caso de que alguien me hiciera algo.

— ¿Lista para ir a casa? —Clark posó su mano derecha en mi espalda baja, llamando mi atención.

— Sí, claro —respondí un poco sorprendida. No era secreto que Clark demuestra su cariño de forma física y siempre necesita estar en contacto, pero nunca me había tocado de esa forma y justo eso es mi debilidad.

Ambos subimos al auto de Luke, quedando Clark y yo en el asiento de atrás, con mis trajes de la obra y alguna que otra utilería en el asiento del copiloto.