— Debemos dejar de encontrarnos así —rió él, tomando mi mano para ayudarme a levantarme. Sentía mis mejillas arder y el calor recorriendo mi cuerpo, por más que éste estuviera cubierto de agua helada. Le sonreí, un poco avergonzada por la situación.
Esta era la quinta vez que nos encontrábamos y, al igual que las veces anteriores, no de la manera más convencional.
Todo había empezado dos semanas atrás, cuando comencé a trabajar en la tienda de mi padrastro, más precisamente una ferretería. Yo no sabía mucho de esas cosas, por lo que mi hermanastro siempre estaba ahí para ayudarme en caso de que no supiera qué era lo que me pedía un cliente, a excepción de ese día. Mi jornada había comenzado bien, ya que no mucha gente fue a comprar y los que sí, pedían cosas básicas de las que sí sabía, como interruptores, clavos, cosas así.
Y luego llegó él.
No supe cuándo entró a la tienda o lo que quería, pero sí supe que sus brazos fueron los que me sostuvieron cuando me caí de la escalera, culpa del perro de mi padrastro. Nunca había estado tan avergonzada en mi vida. Estaba claro que no tenía idea de los siguientes encuentros que me esperaban.
Cuando me dejó delicadamente sobre el suelo, me tomé la molestia de mirarlo. Su pelo castaño; sus expresivos ojos de las cuales todavía no descifraba el color, pero que en ese momento se veían verdes; su divertida sonrisa que adornaba su rostro, llena de alegría. Sabía exactamente quién era. Luke Holbrook, nada más y nada menos que uno de los chicos más populares del colegio.
— Perdón —me disculpé, tapando mi cara con mis manos—. ¡Fue sin querer! —lloriqueé, totalmente apenada por la situación.
— No es nada —volví a escucharlo reír, mientras torcía su remera, tratando de sacarle el agua. Aparté mis manos de mi cara lentamente, observando cómo la remera se pegaba a su cuerpo. Mordí mi labio inferior, intentando ahogar un gemido que quería escapar.
— En serio. Perdón —me disculpé nuevamente, sentándome en piso donde se encontraba mi mochila.
— Fue un accidente —se encogió de hombros, sentándose a mi lado—. Así como todas las veces que nos hemos encontrado.
— El destino —bromeé, tratando de sacar un poco los nervios que reinaban en mi cuerpo.
— Sí, puede ser —me sonrió. Mierda, su sonrisa. Era la misma que me había dado la segunda vez que nos encontramos. Creía que me iba a desmayar en cualquier momento.
Ese día no había podido dormir en toda la noche, por lo que decidí salir a a andar en bicicleta para cansarme y poder dormir aunque sea unas pocas horas. Era una idea que sonaba muy bien en mi cabeza, ya que West Ham no se encontraba muy activo a las seis de la mañana. Luego de ese día, nunca más pensé en mí como una persona inteligente.
El recorrido fue entretenido, nada fuera de la normal, hasta que pasé por una plaza donde se encontraba un pequeño estanque. El mismo siempre estaba lleno de patos, a los cuales alimentaba de vez en cuando. Obviamente que no con pan, ya que es malo para ellos y me sentiría una bestia si les hiciera algo así, pero al parecer ellos no pensaban así de mí. Cuando pasé a un lado del estanque, totalmente despreocupada, sentí un leve ardor en la pierna. Un pato me había picado y una manada de ellos venía detrás del rufián. Con miedo a que me volvieran a picar, comencé a pedalear con todas mis fuerzas, sin mirar adelante por estar concentrada con los patos. Juro que no podía ser más estúpida.
En cuanto entré en razón, ya ambos nos encontrábamos en el piso, con mi bicicleta encima nuestro y los patos acercándose a gran velocidad. Había atropellado a Luke con mi bicicleta y unos patos nos iban a comer, y aún así, solamente pude ver su sonrisa bien extensa en su rostro. Le agradecía al cielo que no sabía quién era, porque no necesitaba ser la burla del colegio.
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The Society |One Shots|
FanfictionVoy a subir one shots de The Society. 🌻Acepto pedidos y sugerencias🌻 Que disfruten 💛