The Society |One Shots|

O16. Clark |Me tienes a mí|

Anoche no pude dormir de los nervios que tenía. Hoy haríamos una especie de viaje con mis compañeros, por lo que no estaríamos en West Ham por un tiempo. Eso significaba, no tener padres cerca, lo que me ponía un poco nerviosa. Me gustaba que alguien estuviera a cargo de nosotros y nos vigilara, me hacía sentir segura.

Miré mi cuarto por última vez, mordiendo mi labio inferior mientras tomaba mi bolso y las llaves de mi auto.

— Hola —me saludó Allie, sentándose conmigo en el pasto.

Había llegado hace unos minutos, era la primera allí.

— Hey —le devolví el saludo, sonriéndole.

— ¿Emocionada?

De a poco la gente iba llegando, entre ellos mi crush y sus amigos.

— Más bien nerviosa —respondí, sin despegar mis ojos de él.

— Ya veo —susurró la rubia, mirándolo al igual que yo—. Sabes, si te animas, estoy segura de que tienes una chance.

— ¿De qué hablas? —me hice la desentendida.

— De Clark. Rompió con Gwen hace unas semanas y sé que te gusta, al igual que tú a él.

— No digas bobadas. No me ve como algo más que una amiga. Estoy jodida.

— Yo no estaría tan segura de eso.

La rubia se paró del suelo, dejándome un poco confundida, pero luego entendí todo. Clark se estaba acercando hacia donde estaba yo, sentándose en el lugar que anteriormente fue ocupado por Allie.

Mi corazón se aceleró como loco, mientras que mis manos comenzaron a sudar un poco. Él me sonrió, por lo que le devolví el gesto. No podía ser tan perfecto.

Tenía un crush en Clark desde que me mudé el año pasado. Él, en ese entonces, estaba de novio con Gwen. En un principio comencé a hacerme amiga de Grizz, quien luego me presentó con el resto de sus amigos, Clark entre ellos. Lo había observado en algunas clases que compartimos juntos, pero no me había animado a hablarle.

Cuando comenzamos a hablar, era un poco tímida, pero luego me fui soltando cada vez más. Disfrutaba mucho pasar tiempo con él, no solamente por el hecho de que tenía fuertes sentimientos hacia su persona.

— Te noto un poco nerviosa, ¿qué sucede? —preguntó, un poco preocupado. Su mano rozó la mía.

— Sabes que me gusta tener padres cerca... o al menos una fuerte figura mayor —susurré, llevando mis manos a mi cara, tratando de esconder mi sonrojo.

— No te tienes que preocupar —rió, apartando mis manos de mi cara, lo que provocó que me sonrojara más por el tacto que estaba estableciendo—. Me tienes a mí. Si cualquier cosa sale mal, siempre puedes acudir al gran Clark.

— Gracias, Clark —le sonreí, un poco avergonzada.

— Ven, ya están subiendo. Tú se sentarás conmigo.

Se levantó y luego me tomó de la mano, levantándome a mí también. Con su mano libre, tomó ambos de nuestros bolsos y nos guió hacia uno de los autobuses, sin soltarme la mano en ningún momento.

Miré a mi alrededor, pero la gente parecía no notarlo o simplemente no les importaba, cosa que me gustaba.

Al subir al autobus, lo primero que hice fue intentar dormir un poco. Incliné mi cabeza hacia la derecha, apoyándola en el hombro de Clark, quien hablaba con sus amigos.

Luego de unos minutos, logré dormirme, siendo lo último que sentí los dedos de Clark acariciando mi pelo, sin dejar de hablar con sus amigos.

— Esto es un desastre —susurré, apretando con fuerza la mano de Clark.

Debimos volver porque había una fuerte tormenta, o algo así entendí, porque fue Clark quien me despertó y me dio una explicación vaga de lo que sucedió. Al bajar del autobus, nos encontramos con que éramos los únicos allí. Cada uno fue a su casa, mas los padres tampoco estaban.

Nos reunimos todos, para hablar sobre lo que estaba sucediendo, pero eso no me dejaba para nada tranquila.

— Hey, todo está bien —murmuró Clark, dándome un beso en la cabeza—. Tranquila.

— ¿En dónde están mis padres, Clark? —pregunté, a punto de llorar.

— No lo sé, pero te prometo que estaremos bien, ¿sí?

Lo miré a los ojos, haciendo un pequeño puchero mientras intentaba no llorar. Él acaricio mis mejillas, dándome una sonrisa reconfortante.

— No sé qué hacer —dije, abrazándolo.

— ¿Te parece pasar la noche en mi casa? o tal vez yo en la tuya —propuso—. ¿Te sentirás más segura de esa forma?

Yo asentí, rompiendo el abrazo por más que no quería.

— En la mía —respondí, limpiando algunas lágrimas.

Ambos fuimos en mi auto hasta mi casa, la cual se sentía vacía y, sinceramente, me daba un poco de miedo. Era una casa chica, pero aun así me sentía tan sola y perdida sin mis padres en ella, que no me gustaba para nada.

Nunca me gustó estar sola.

— ¿Quieres algo para tomar? —pregunté, dejando mi chaqueta sobre una silla en la cocina, mientras que Clark se sentaba en un sillón en la sala.

Era un espacio abierto, por lo que la cocina y la sala de estar estaban conectadas, permitiéndome ver cada movimiento que Clark hacía.

— No, gracias.

— De acuerdo...

Fui hacia donde estaba él, no tan segura de si estaba bien sentarme cerca de él.

— No muerdo —dijo, al darse cuenta de lo que estaba haciendo—, bueno, a menos que me lo pidas.

— Cerdo —reí, tirándole un almohadón y acercándome más a él.

— Ahora es mejor. Hola.

— Hola.

Él sonrió, mordiendo su labio inferior. Lucía tan apuesto. Podría saltar sobre él y besarlo de pies a cabeza, sin perderme un lugar.

— ¿Estás mejor? —acarició mi brazo izquierdo, ya que era el que tenía más cerca.

— Sí —susurré, descansando mi cabeza sobre su hombro y suspirando—. Te tengo a ti.

Mis ojos se abrieron de golpe al darme cuenta de lo que había dicho. ¡No lo había pensado! ¡Lo había dicho!

Me alejé un poco de Clark, esperando una reacción en rechazo, pero la única respuesta que obtuve fue su cara sonrojada. ¿Yo había ocasionado eso?

— Yo... te tengo una pregunta —murmuró, apartando el pelo de mi rostro.

— ¿Cuál es?

— ¿Puedo besarte?

Las palabras no salían de mi boca. Había olvidado completamente cómo hablar, por lo que decidí no optar por las palabras, sino las acciones.

Tomé su rostro y uní nuestros labios. Sus manos viajaron hasta mi cintura, apretándome contra él y profundizando el beso.

Sí. Definitivamente lo tenía a él.