OO5. Kelly |¿Verdad o reto?|

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Estaba en mi camino de vuelta a West Ham. Me había marchado del pueblo cuando tenía 14 años, ya que mis padres se separaron y mi padre se quedó con mi custodia. No me quejaba de eso, era preferible estar con él antes que con mi madre. Ella nunca fue una gran fanática de mi persona.

Elizabeth, la mujer que me parió, se había quedado con la custodia de mi hermano menor, el cual en ese tiempo tenía 5 años.

Estaba ansiosa y emocionada. Quería ver a mi hermano y mis antiguos amigos. No tenía idea de si seguían viviendo allí, ya que había perdido todo tipo de contacto.

— Llegamos —anunció papá, parando el auto frente a nuestra antigua casa que ahora le pertenecía a mi madre—. No tenías por qué venir, podríamos haber hecho que tu hermano tomara un vuelo y así no ver a tu madre —dijo entre dientes mientras bajaba del auto.

— Sabes que no lo hubiera dejado ir. No lo deja ir al supermercado solo, menos lo va a dejar ir a otro continente —respondí, ayudándolo con mis maletas.

Me quedaría solamente yo, porque papá no aguanta estar mucho tiempo alrededor de mi madre y su novio, el cual era su mejor amigo con quien lo engañó. Linda forma de llegar a un divorcio. En un principio pensé que era porque papá debía irse por su trabajo y no iban a aguantar tanto tiempo lejos, por lo que decidieron llevar a cabo el divorcio. Luego me enteré de todo, fue algo muy poco agradable de escuchar.

Toqué la puerta de la casa y esperé paciente a que abrieran. Papá ya se había marchado, después de despedirse. Pasaría a buscar a Alex para pasar tiempo juntos por la tarde, decía que no necesitaba tanto tiempo alrededor de Elizabeth.

Cuando la puerta por fin se abrió, me sorprendí. Esa no era mi madre y tampoco era mi hermano. Era nada más y nada menos que Kelly Aldrich. ¿Creían que mi madre me odiaba? Entonces no tienen idea de Kelly.

Cuando éramos niñas, solía tirarme del pelo y pelearme. Nunca me cayó bien ni yo a ella, lamentablemente era la novia del hijo del novio de mi madre.

— ¿Qué tal, Aldrich? —la saludé, haciéndome paso al interior de mi casa.

Al llegar a la sala de estar, me encontré con un montón de personas sentadas y escuchando música. ¿Qué mierda?

— Kelly —llamé a la nuera de mi padrastro—. ¿Qué mierda es esto?

— Tu madre, Bob y tu hermanito no están. Volverán en unas horas —me informó—. Por lo que tu querido hermanastro, o sea mi novio, organizó una mini juntada.

— Genial... —susurré. Quería ver a mis antiguos amigos, no a los amigos de mi hermanastro.

Cuando estaba por subir las escaleras para dejar las estúpidas maletas en mi habitación, sentí que alguien me tomaba de la mano. Me volteé para ver la dueña de esa mano y me encontré con Kelly.

— Vamos a jugar a la botellita y definitivamente debes venir —me arrastró y me hizo tirar las maletas.

Ya todos estaban en una ronda. Todas las miradas se posaron en mí en el momento en el que mi trasero tocó el piso. Para mi suerte estaba entre Clark y Jason, por lo que no me tocaría nada con ninguno.

Cuando teníamos 14 años eran unos calientes de mierda, no me puedo imaginar lo que son ahora.

— Las reglas son simples —comenzó a hablar Luke, uno de los pocos que me caían bien—. La persona que gire la botella le tiene que hacer elegir entre verdad o reto a la persona a la que la botella esté apuntando. En caso de que un reto no sea cumplido, debe hacer la prenda que la persona que giró la botella elija.

¿En qué mierda me había metido? Bueno, lo único que me quedaba era no decir reto en lo que dure el juego.

— ¡Y todos deben elegir reto al menos una vez! —exclamó Kelly. Mierda.

La botella fue girada por Luke y terminó apuntando a Clark. El idiota eligió reto y tuvo que comerle la boca a Gwen. Según me dijo Jason mientras Clark cumplía el reto, ellos dos estuvieron en una relación que había acabado hacía dos meses ya. Qué incómodo.

Para mi suerte, la botella había parado unas cuantas veces apuntando hacia mi persona. Por ahora iba eligiendo verdad, hasta que casi me pegan con una tabla diciendo que elija reto.

La botella volvió a girar y me apuntó. Estaba aterrada. Era mi turno de elegir reto, pero lo que me aterraba era quién había girado la botella: Campbell. Ese hijo de perra había sido un grano en mi culo desde siempre. Además, era el único que sabía de mi orientación sexual y, cada vez que se le presentaba una oportunidad, la usaba para humillarme.

— Esto es fácil: te reto a que te beses por al menos 3 minutos con... —recorrió la habitación con su mirada, poniéndome nerviosa— Kelly —está enfermo.

— Estás enfermo —dije, señalándolo.

— Hazlo, ¿o prefieres andar sin blusa entre Clark y Jason? —sonrió con malicia.

Suspiré rendida, después de todo no podía ser tan malo besar a Kelly. Digo, nos odiábamos, pero debía admitir que era algo linda.

Me acerqué a ella y le pregunté si le parecía bien, se encogió de hombros y estampó sus labios contra los míos. Comenzó como un beso lento y suave, pero de a poco fue subiendo de intensidad. Su lengua pasó a estar dentro de mi boca, al igual que la mía en la de ella.

Al parecer los tres minutos ya habían pasado, porque comenzamos a escuchar varios gritos y sentí cómo nos apartaban.

Definitivamente fue mejor que andar sin blusa entre Clark y Jason.

The Society |One Shots|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora