O1O. Clark |Chico malo|

985 28 1
                                    

Mis manos se deslizaban con deseo por su torso completamente desnudo, mientras él soltaba suspiros. Lo miré con lujuria, observando cómo sus ojos estaban cerrados y su cabeza hacia arriba. Posé mis labios sobre su cuello, repartiendo besos y marcándolo para que quedara claro que él era mío y de nadie más.

Mis manos fueron bajando cada vez más, hasta llegar a la entrepierna de Clark. Tomé su miembro ya duro por encima de su ropa interior y comencé a mover mi mano.

— La 3 —susurró con su voz tan seductora... esperen, ¿qué?— Pásame la 3... ¡Hey!

Desperté de golpe, encontrándome con Clark, y sus hermosos ojos, mirándome divertido.

— ¿Estás bien? —preguntó, riendo al ver mi situación.

Sabía que tenía las mejillas coloradas, ya que sentía el calor en las mismas.

— Sí —respondí, en un susurro.

Él asintió y tomó mi cuaderno sin consultarme. Ya estaba acostumbrada de todos modos.

Me gustaba Clark desde ya hacía un buen tiempo. Había algo en él que me llamaba mucho la atención... tal vez su apariencia de chico malo, su hermoso pelo o sus ojos que me miran fijo cada vez que despierto de tener un sueño subido de tono en el que él era el protagonista.

Clark era básicamente lo "prohibido". Fumaba, bebía, iba de fiesta en fiesta, al igual que de chica en chica. Creo que el misterio de llegar a conocerlo bien era lo que me atraía de él.

Él nunca mostró interés alguno en mí, mas la esperanza es lo último que se perdía... ¿no?

Éramos completamente diferentes. Yo prefería quedarme en casa, mientras que él vivía más en la calle que en su propia casa.

No necesitaba un chico bueno en absoluto. En palabras de Julia Michaels: "todos los chicos buenos van al cielo, pero los chicos malos te traen el cielo".

Mordí mi labio mientras pensaba en cómo sería tener a Clark hablándome sucio, follándome duro y sin descanso. Lo necesitaba. Ya no era suficiente tener esos sueños sucios sobre él, necesitaba experimentarlo de verdad... sentir su piel contra la mía, ardiendo de la pasión y el calor que generan nuestros cuerpos juntos.

— Aquí tienes —me devolvió mi cuaderno, girándose con una media sonrisa adornando su cara.

— Cuando quieras —respondí, tomando el cuaderno y rozando su mano en el proceso. Mentiría si dijera que no sentí la electricidad en nuestro pequeño toque.

Imaginar sus manos recorrer mi cuerpo y sus dedos dentro mío eran ya una especie de religión para mí.

Esa noche había tenido un seguimiento del sueño que tuve en clase, el cual acababa con Clark follándome bien duro y sin piedad. Había parecido tan real, pero, lamentablemente, no lo fue.

Ya era viernes, lo que significaba que lo volvería a ver. Esta vez en educación física, mi, ahora, materia favorita. Verlo correr en esos shorts y con la camiseta toda pegada a su cuerpo por el sudor, era la octava maravilla.

Clark tenía un gran círculo de amigos, a diferencia del mío que se reducía a mi mejor amigo y yo, en el cual estaba mayormente los más populares de la escuela. No podía creer que se asociara con gente tan superficial. Él era diferente a ellos... demasiado.

Esa misma noche, Jason, el mejor amigo de Clark, iba a dar una fiesta en honor a Halloween. Mi perfecta oportunidad para poder conquistar al misterioso chico malo que me traía mal desde el primer momento en que lo vi.

No nos habíamos conocido de la manera que a mí me hubiera gustado, todo lo contrario. Me había tocado ttabajar una heladería, trabajo que me consiguió un amigo de mi madre, en la cual no me desenvolvía muy bien. Digamos que no tenía mucha motricidad fina, tampoco gruesa, en sí tenía manos de manteca. Este problema llevó a que, cuando Clark apareció en el local, yo accidentalmente derramé un cono con helado sobre su enorme cuerpo.

The Society |One Shots|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora