The Society |One Shots|

OO1. Luke |Mal día|

Si tuviera que describir mi día en una sola palabra, sería "mierda". Desde que el sol iluminó West Ham, hoy martes 13, lo único que me han pasado son desgracias.

Al despertar me llegó un mensaje de mi madrastra diciendo que tenía que ir a visitar a mi padre. El hombre más desagradable del mundo. Luego, mi hermano pequeño se manchó el uniforme con chocolate y tuve que lavarlo yo. Resulta que no supe cómo hacerlo bien y la camisa quedó mojada con una mancha más grande que la anterior.

Cuando estaba por subir a mi auto para ir al colegio, noté que estaba un poco inclinado hacia atrás. Las ruedas traseras estaban pinchadas.
Tuve que tomar el autobus, el cual casi pierdo. Lo corrí por dos cuadras, hasta que el idiota del chofer se decidió por parar.

En literatura, debía llevar una reflexión sobre una película que habíamos visto la clase pasada. ¿Y qué me pasó? dejé el cuaderno en mi casa, al igual que todos los de las demás materias. Había guardado los cuadernos de las materias del miércoles.

Para colmo, el baile de graduación de acercaba y todavía no tenía pareja. Habíamos acordado ir juntos con Grizz, pero todo fue antes de que se le declarara a Sam Eliot en la cafetería y ellos comenzaran a salir. Debía decir que estaba muy orgullosa por mi amigo, pero el muy idiota me dejó sin pareja para el baile.

— ¿Por qué tan seria? —preguntó Clark, sentándose junto a mí en las gradas del campo de fútbol americano.

— Estoy teniendo un día de mierda, Clark —le respondí, tapando mi cara con tus manos. Tenía ganas de llorar por la frustración que sentía en ese momento—. Desde que me levanté he estado teniendo un día de mierda. Puto martes 13.

Clark rió y me abrazó. Nunca iba a entender por qué era tan cariñoso conmigo. En verdad siempre lo fue, desde el momento en el que lo conocí.

— ¿Sabes con quién vas a ir al baile? —lo miré curiosa. ¿A qué venía esa pregunta?

— No. Iba a ir con el idiota de Grizz, pero el estúpido se puso de novio con el bobo de Sam y ahora tengo que ir sola por culpa de su puta relación —dije, cruzándome de brazos—. Quiero aclarar que amo a Sam con mi vida y los shippeo. Su relación me da años de vida, pero tengo que sonar enojada.

Clark volvió a reír, pero estaba vez me empujó. Con demasiada fuerza. De repente todo comenzó a dar vueltas y sentía cómo mi cuerpo era golpeado constantemente. Cuando dejé de moverme, fijé bien la vista. Había quedado un poco mareada. Comienzo a mirar a mi alrededor. Un montón de ojos estaban observándome, esos ojos estaban acompañados de bocas que murmuraban cosas que no lograba entender.

Mierda. Había rodado por las gradas.

— ¡Mi cabeza! —grité, lloriqueando un poco— ¡No quiero que se me mueran las neuronas!

Al decir eso, lloré con fuerza, no por el miedo de que se me murieran las neuronas, sino porque me acababa de humillar más diciendo eso.

— ¡¿Qué pasó?! —pude escuchar la voz de Luke, aproximándose cada vez más.

— Estoy vendiendo mandarinas —en cuanto dije eso, mi amigo suspiró aliviado. No podía ser tan tonto— ¡Clark me empujó y me caí de las gradas, Luke! —chillé, agarrando su brazo.

El dolor de cabeza era insoportable, pero más aún lo era el dolor que sentía en el cuerpo. En mis extremidades para ser más específica. Solamente esperaba no haberme roto ningún hueso.

— Acabo de llamar una ambulancia. Están viniendo —informó Clark, acompañado de Jason—. Perdón por tirarte. No sabía que estabas media debilucha.