OO9. Grizz |Me gustas|

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Había conseguido un nuevo trabajo para el verano en la cafetería de mi tía Ellen. Necesitaba el dinero para la universidad y también experiencia laboral. Lo curioso sobre esta cafetería era que estaba a las afueras de la ciudad, sin embargo, era muy concurrida, sobre todo por adolescentes.

Tenía el rol de camarera, el cual no era nuy difícil de llevar a cabo, excepto cuando debía atender a los más idiotas de la escuela: Harry Bingham y su pequeña pandilla, que contaba con Campbell Eliot, Allie Pressman, Kelly Aldrich, Will LeClair y los idiotas del equipo de Fútbol Americano, incluyendo a Grizz Visser.

Este último no era para nada parecido a sus amigos. Era amable, inteligente y el único que me trataba bien cuando los atendía.

Últimamente eran más las veces que lo encontraba solo, sentado al lado de la ventana esperando a que lo atendiera. Había algo sobre él que me generaba tranquilidad, una especie de paz.

— Bienvenidos a Ellen's, ¿qué desean ordenar? —repetí esa frase por décima vez en lo que había iniciado mi turno.

La pareja me dijo lo que querían y yo se lo llevé a mi tía, quien con un "¡Sale enseguida!" me dio paso a llevar la comida a los otros clientes.

— Que disfruten su comida y tengan un buen día —le sonreí a la familia de turistas, quienes me devolvieron una sonrisa aún más grande seguida de un "gracias". Al parecer no estaban acostumbrados a que los atendieran bien.

Escuché la campana instalada en la puerta sonar y giré para ver quiénes eran. Para mi mala suerte, era la pandillita de idiotas. Rodé los ojos y me acerqué al mostrador, donde se encontraba mi mejor amigo Sam. Él usualmente venía a hacerme compañía para que las horas de trabajo se pasaran más ligeras.

— No quiero ir a atenderlos —le dije, intentando hacerlo con lenguaje de señas, pero lo único que recibí a cambio fue una mueca de burla por parte de mi amigo.

Sam y Campbell son hermanos, mas son completamente distintos. Uno es un amor de persona y el otro no lo puedo ni ver. No entendía cómo podían ser tan diferentes cuando tenían los mismos padres y habían sido criados de la misma manera.

— ¡Estamos listos para ordenar! —escuché el grito de Harry, seguido de las risas de sus amigos.

Bufé y me acerqué a ellos. Puse la mejor sonrisa falsa que pude y apronté mi libreta y lapicera.

— ¿Qué quieren? —pregunté, mirándolos mal.

Todos me respondieron de la misma manera, hasta que llegó el turno de Grizz. Éste me dedicó una linda sonrisa, lo cual me hizo sonreír también.

— Yo quiero un café negro y... —miró atentamente el menú, aunque estaba segura de que se lo sabía de memoria ya— dos cupcakes.

— Está bien —terminé de anotar y guardé la lapicera—. Su orden estará enseguida.

Me alejé de ellos y le di la hoja a mi tía, quien la aceptó gustosa.

El día siguió de lo más normal, hasta que había llegado la hora de cerrar. Sam se tuvo que ir antes porque debía acompañar a Becca a su primera ecografía. Me sentía mal por no poder ser parte de ese momento, pero estaba segura que luego me iban a mostrar fotos o videos.

Mi tía también se había ido un poco antes, ya que tenía una cita, por lo que me tocaba cerrar a mí hoy.
Escuché la campanita sonar y, sin levantar la vista de mi libreta, dije que ya estaba cerrado.

— Lo sé —escuché que dijo una voz muy familiar.

— Grizz —susurré con sorpresa cuando lo vi parado al lado de la puerta—. ¿Qué haces aquí?

The Society |One Shots|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora