O17. Grizz |Valentine|

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14 de febrero, más conocido como el día en el que, si no tienes pareja, te ves condenado a pasar un día de mierda. Al menos esa era la perspectiva de mi mejor amiga, quien, al haber terminado con su novio hacía ya dos semanas, usaba cualquier cosa como una excusa para intentar superarlo. San Valentín no iba a hacer la excepción.

En lo que a mí me constaba, era otro día más de la semana, el mes y el año. Nada fuera de lo ordinario. No tenía novio, pero eso no significaba que iba a quedarme en mi habitación encerrada, llorando y mirando películas románticas de los 90s. Eso era lo que hacía los domingos, y hoy era un viernes, por lo que no aplicaba.

No voy a mentir diciendo que esta fecha no me afectaba, porque lo hacía, pero de una forma totalmente positiva. Este año, por primera vez desde que tenemos edad para salir, Kelly estaba soltera. No malinterpreten, amaba a Harry con mi vida, sobretodo porque es un gran amigo, pero ya estaba cansada de su tóxica relación. Varias veces intenté abrirles los ojos a ambos, mas estaban negados a aceptar la realidad, por lo que seguían lastimándose uno al otro. Por suerte se dieron cuenta antes de que la situación se agravara. Ambos eran geniales, pero juntos simplemente no funcionaban y debían aceptarlo.

— En serio espero conocer a alguien esta noche —suspiró Kelly, metiendo una papa frita a su boca—. ¿Y tú? —me preguntó, masticando.

— Me da igual —respondí, con toda sinceridad—. Mi único trabajo esta noche es ser tu dos.

— Por eso eres mi favorita —sonrió, abrazándome de costado y posando su cabeza sobre mi hombro.

Estuvimos juntas durante todo el día, aprovechando que hoy salimos antes de clases. Pasamos todo el rato en mi casa comiendo y escuchando música, viendo qué nos íbamos a poner y repasando sus tácticas.

A medida que la noche iba cayendo, nos fuimos aprontando para lo que estaba segura que sería una mala noche. Kelly conseguiría un chico en la primera hora de haber llegado y yo terminaría en mi casa escuchando mis canciones favoritas una y otra vez, hasta poder dormirme. Poco sabía.

La fiesta la organizaba un chico de otra escuela, su nombre era Luke, pero eso era todo lo que sabía. Nunca había escuchado hablar de él, hasta que Helena comenzó a hablarle y me comentó de su existencia. Gracias a ella nos habíamos enterado de la fiesta, aunque era totalmente válido que medio mundo ya sabía de la misma y de él. Según Helena, era un buen chico, pero con una enorme fachada de chico malo, cosa que le atraía a mi amiga.

Yo prefería chicos un poco más sensibles... si leían algún libro de vez en cuando no le hacía daño a nadie.

— ¿Estás pronta? —preguntó Kelly, saliendo del baño y entrando a mi cuarto. Teníamos la casa para nosotras solas, por lo que podíamos hacer el ruido y relajo que quisiéramos.

Mi padre trabajaba durante toda la noche, así que siempre pasaba esas horas solas, hasta que él volvía cerca de las 5 de la mañana y se levantaba a las 14. Nuestra relación era buena, pero su horario de trabajo no ayudaba mucho. Luego de que mi madre se fuera, tuvo que cambiar a un trabajo con mejor paga, si era que quería mantener gran parte de las comodidades con las que contábamos.

— ¿Qué es eso? —la miré confundida.

— ¿El qué?

— Lo que tienes en la mano, Kelly.

Señalé el pequeño envoltorio que tenía atrapado entre sus manos.

— No es nada. Un collar —respondió, haciéndose la desentendida.

— La cara.

— La cara, ¿qué?

— La cara tengo de boluda nomas.

The Society |One Shots|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora