O24. Campbell |Tóxico| (1)

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⚠️IMPORTANTE⚠️
Se tratan temas como la violencia de género, el suicidio y obviamente la estupidez. Si son temas delicados para vos, te recomiendo no leerlo. Gracias.

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Mis labios temblaron mientras me dejaba caer en la tina llena de agua caliente. Cerré mis ojos con fuerza, sintiendo cómo mi cuerpo recibía el calor, alejando el frío. Mis manos se movían con delicadeza por la superficie de la tina, verificando que estaba segura y no había ningún objeto filosofo debajo de mí. Últimamente ese miedo había crecido dentro mío, instalándose y no dejándome tranquila ni un solo segundo.

Quería aprovechar los pocos minutos de paz que tenía, mientras que Campbell no se encontraba en la casa y salía a hacer quién sabe qué cosa. Nunca me contaba sus planes, supongo que no confiaba en mí, pero yo debía de mantenerlo al tanto de todo lo que sucedía conmigo y a mi alrededor. Me tenía vigilada, lo que a veces me hacía sentir protegida, pero mayor parte del tiempo me aterraba. Me aterraban las consecuencias de cuando se me olvidaba contarle un pequeño detalle o cuando no coincidíamos en alguna opinión. Campbell me aterraba.

Nuestra relación no siempre había sido así... ugh, a quién quiero engañar. Siempre fue así. Yo estaba cegada por mi amor hacia él. Lo quería tanto, que dejaba que hiciera de mí lo que él quisiera. Cuando comenzamos a salir, él era muy posesivo y celoso, lo que me parecía completamente normal. ¿Qué novio no lo era? Pero todo ya se había salido de control a los pocos meses, cuando ya no solo miraba mal a aquel que se atreviera a hablarme, sino que llegaba al extremo de romperles la cara. ¿Lo peor de todo? Me gustaba que lo hiciera. Me gustaba que defendiera lo que él reclamaba como "suyo".

Me había alejado de mis amigos, de mi familia, de todos a los que quería, solamente porque pensaba que a él lo quería más. Me había logrado convencer de que él era lo único que necesitaba y la única persona a la que de verdad amaba. Y mierda que lo era.

Él no me lastimaba porque quería, por supuesto que no, lo hacía para protegerme. No tenía malas intenciones, él solamente quería que viera las cosas tales y como eran, pero eso se volvía difícil cuando lo único que experimentaba era dolor. Un dolor constante.

Salí de la tina una vez que la piel de mis dedos había comenzado a arrugarse y el agua a enfriarse. Con cuidado me puse una bata y envolví mi pelo con una toalla. Saqué el tapón de la tina blanca y dejé que el agua corriera, desapareciendo de mi vista en cuestión de segundos. Me quedé observando la tina por unos cuantos minutos, sin saber exactamente por qué. Había algo en ella que era tranquilizante. Si fuera posible, pasaría toda mi vida allí... en un sueño profundo, del cual no me molestaría en despertar.

No voy a negar que muchas veces pensé en eso, en cómo sería ya no sufrir, no aguantar las penas y dejarme ir. Así como fluía el agua, arrancar el alma de mi cuerpo y ser libre. No era que me sintiera encerrada, pero definitivamente no estaba gozando de una libertad plena. ¿Cómo sería poder librarme de todo lo malo? ¿Cómo sería que mi alma sea juzgada en la balanza, y la misma viajara al destino que le tocara? No creía en ninguna religión, pero estaba segura que mi alma no viajaría donde las más puras residen, ya sea el cielo o a algún paraíso, gozando del fruto y la sabiduría de los dioses. No, para nada. Mi alma estaba sucia, corrompida, nadie querría un alma como la mía. Nadie excepto él.

Campbell sabía sobre mi alma jodida, y de todas formas me amaba. Me mantenía a su lado y me protegía de cualquiera que se atreviera a posar sus ojos en mi oscuridad, ya que él sabía que solamente él podía hacerlo. No había luz, en ningún rincón de mi cuerpo había luz, o al menos eso pensaba hasta hace unas semanas, cuando comencé con náuseas, malestares. Había una vida creciendo dentro mío, había luz. Una lástima que Campbell no la supiera ver.

The Society |One Shots|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora