OO4. Will |Secreto|

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Desde que habíamos vuelto a casa, que en verdad no era nuestra casa pero era muy parecida, las cosas se habían puesto un poco tensas. Especialmente después de la muerte de Cassandra. Todos estábamos devastados, pero sobretodo Allie.

Ya había un sospechoso: Greg Dewey. Harry se lo había confesado a Gordie. Sinceramente no sabía si creerle o no. Era mi hermano, pero debía admitir que podía ser un poco idiota a veces.

— Deberían arrestarlo —propuso Will.

— Coincido —susurré, apoyándome en la isla—. Harry podría estar mintiendo, pero no podemos arriesgarnos —los miré.

— Debemos arrestarlo y buscar por su casa el arma —volvió a hablar Will, poniendo su mano derecha en mi hombro izquierdo y dando un pequeño apretón.

— ¿Pueden manejar algo así? —preguntó Allie, mirando a Luke.

— Sí, si nos levantamos temprano en la mañana —respondió el chico.

— Incursión antes del amanecer —dijo Grizz.

— Sí, algo como una redada antes del amanecer. Para tomarlo por sorpresa —concordó Luke.

— Yo tengo esposas —todos miramos a Grizz. ¿Qué?

— ¿De verdad o las que vienen con un traje de Halloween?

— Nop, de verdad —nos quedamos mirándolo, sentía cómo se ponía incómodo—. Sólo digan gracias, ¿bien? —sonreí.

— Tengan suerte —dije, volviendo a estar seria.

— ¿No irás? —preguntó Luke, a lo que negué— pero eres parte de la Guardia...

— Tengo otras cosas que hacer... lo siento.

Me despedí y subí a mi habitación. No estaba viviendo con Harry, desde el primer día en el que quedamos varados en este lugar decidí vivir junto a Cassandra y Allie. Ellas me cuidaban mejor que el estúpido con quien comparto apellido.

Me tiré en la cama y ahí quedé por buen rato. Debería hacer algo productivo, pero simplemente no podía. No tenía ganas de nada. Quería quedarme acostada y disfrutar de mis pensamientos. Aunque eso a veces se volvía un poco aburrido.

Tomé la computadora y la prendí. Me había olvidado por completo que estaba mirando Supernatural. Hacía ya un buen rato que no la miraba. Tal vez un día la retomara.

Entré a los álbumes de fotos. La primera que me apareció fue una en la que estaba junto a Harry, yo tendría alrededor de 5 años y él 6. En otra más estábamos un poco más grandes, de esa me acordaba perfectamente. Había sido tomada el día en el que me enteré que era adoptada. Campbell me lo había dicho porque le pegué por tirarme de los pelos. Mis padres al verme mal, nos llevaron a tomar un helado.

En esa foto a mí me faltaba un diente y se veía mi mano roja por pegarle a Campbell. Desde ese momento lo detesto.

— ¿Puedo pasar? —escuché que alguien decía del otro lado de la puerta.

— Sí —respondí, mientras cerraba la computadora.

— ¿Qué estabas haciendo? —preguntó Will, cerrando la puerta detrás de él.

— Nada, solamente miraba unas fotos —me hice a un lado para que se sentara junto a mí en la cama.

Me miró mal y me tomó de la cintura, levantándome y sentándome en sus piernas.

— Así está mejor —dijo, consiguiendo sacarme una sonrisa.

— ¿A qué viniste? —esta vez pregunté yo, pasando mis brazos por sus hombros.

— A ver cómo estabas... Nunca rechazas una oferta de hacer algo con la Guardia. De todo el mundo, pensé que serías la última en rechazar la oportunidad de arrestar a alguien —contestó, acariciando mi mejilla izquierda con una de sus manos.

— Dewey vive con Harry, Will —dije, por lo que entendió todo—. No quiero ver toda esa gente en mi casa, en el lugar en el que crecí. Mucho menos quiero ver a mi hermano.

Nos quedamos en silencio, solamente se podían escuchar nuestras respiraciones. Miré a Will detenidamente. Era la persona más hermosa y genial que había conocido en mi vida.

Acerqué mi cara a la suya y lo besé. Sus labios se sentían tan bien, tan suaves. Podría pasar horas besándolo y no me cansaría. Debería tomarlo como un hobbie.

— ¿A qué vino eso? —susurró, dándome besos cortos.

— A que te quiero —respondí, en el mismo tono que él. Paró de darme besos para mirarme directo a los ojos.

— ¿Me quieres? —parecía no creerme, ya que su voz había salido un poco rara.

— Demasiado.

Will sonrió y me volvió a besar.

— Yo también te quiero. Demasiado —dijo, acariciando mi pelo.

Escuchamos pasos por las escaleras, razón por la que nos separamos. Cuando tocaron la puerta, dije un "adelante" mientras que fingía estar hablando con Will.

Grizz entró y nos miró confundido.

— ¿Por qué están fingiendo conmigo? ¿Quién pensaron que era? —cuestionó, provocando que diera un suspiro de alivio.

Nadie sabía sobre lo mío con Will, solamente Grizz. A él le contaba todo, era mi mejor amigo y tenía el derecho a saberlo. Sin embargo, no podía dejar que Allie se enterara. Sabía que seguía sintiendo cosas por Will, por lo que no la quería lastimar.

En un principio no sabía lo que Allie sentía por Will, así que me le acerqué e hicimos click en un segundo. Cuando me enteré de los sentimientos de Allie, quise alejarme de él. Mas no pude hacerlo.

El chico era hipnótico. Te enredaba con su carita de nene bueno y no te dejaba ir. Tampoco quería hacerlo.
En cuanto comencé a sentir cosas fuertes por él, supe que no debía apartarme. Allie era mi amiga, sí, pero en estos momentos tenía demasiadas cosas en la cabeza como para ocuparse sobre con quién estaba Will. De igual manera, decidimos dejarlo en secreto.

— ¿Pasó algo malo, Grizz? —pregunté.

— No, solamente vine a pedirte que vayas con nosotros a arrestar a Dewey. Sé que no quieres ir por Harry, porque en verdad no estás ocupada —respondió. Maldito e inteligente Grizz—. Además, nunca conocí a alguien que tuviera tantas ganas de ser policía como tú.

— Está bien —acepté, largando un suspiro—. Más les vale que vayan todos a la hora acordada, o yo misma me voy a encargar de que no puedan volver a caminar.

Grizz sonrió y se fue de la habitación, dejándonos a Will y a mí solos de nuevo.

— ¿En qué estábamos?

— En la parte en la que me decías que me quieres demasiado y no puedes vivir sin mí —dije, volviendo a sentarme sobre él. Esta vez con mis piernas a los costados.

— Mentirosa —gruñó, cuando me moví sobre él.

— ¿Seguro que soy una mentirosa? —pregunté, volviendo a moverme.

— Mierda.

Reí y lo besé. Después de todo no era tan malo mantenerlo en secreto.

The Society |One Shots|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora