Capítulo siete

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Ya un nuevo día, estoy agitada, emocionada, y ansiosa

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Ya un nuevo día, estoy agitada, emocionada, y ansiosa.

Cuando le dije a mi padre que momentáneamente me haría cargo de los entrenamientos quedó muy sorprendido, él nunca comprendía el motivo por el cual yo decidí echar por la borda duros años de trabajo y de entrenamiento, pero cómo hacía añares que no manteníamos relación no tenía cómo saberlo.

Pero lo vi feliz, vi felicidad en sus ojos cuándo le comuniqué que iba a entrenar a sus chicos por mientras que él no pudiera, incluso me abrazó.

Ya en la academia me encontraba hablando con Bob, todos los chicos ya se encontraban ahí y yo a Zeus ya le había hecho mis típicas trencitas tan rutinarias.

Connor se da la vuelta dirigido hacia Bob y pregunta.

—¿Ya tenemos entrenador?

Con una sonrisa triunfante me les acerco y les digo

—Sí, pero es una entrenadora, y soy yo.

Veo a todos menos a Tristan, quien ya sabía de lo que iba a pasar de ahora en adelante con sonrisas burlonas para nada dando crédito a mis palabras, pero Zeus está retorciéndose en el piso muerto de la risa, incluso logró ver alguna que otra lágrima caer por su rostro de tanto llorar.

—Yo que tú no me reiría mucho más— Le advierte Tristan

—No está de broma.

Luego de una larga pausa donde Zeus ya logró calmarse, decido retarlo a ver si se considera tan valiente, sé de mi potencial, sé que soy buena, y quiero que ellos lo sepan también.

—Súbete al ring conmigo a ver si ahí también lloras de la risa Zeus.

Le digo sin pelos en la lengua.

—De acuerdo Coach, ve a cambiarte.

Y eso mismo hago, voy a los cambiadores y me coloco la ropa que tengo en la mochila lo más veloz que puedo.

Son unos pantalones cortos de gimnasia negros y un top entrelazado rosa, así que me tomo literalmente segundos, y el pelo me lo ato velozmente con una trenza cosa en la que ya soy experta. Me subo de inmediato al ring donde Zeus ya me espera.

—Voy a ser bueno contigo.

Chocamos puños.

—No, no lo seas.

Le digo mientras le doy un golpe de hook en la mandíbula, lo cual hace que él se tambalee, pero no tarda mucho en recomponerse, viene hacia mi por lo cuál lo sujeto fuertemente con un clinch para protegerme de su ataque.

Intenta darme un gancho de derecha el cuál esquivo con bastante facilidad, seguido de un jab el cuál me roza mínimamente, pero logro desconcentrarlo con un swing, y posteriormente dejándolo noqueado en el piso.

Zeus está tirado en el ring, le ofrezco mi mano.
—Mínimo, después de casi hacerme presenciar la muerte tan de cerca.— Me dice con un atisbo de humor y admiración en su mirada, lo he dejado impactado.

Diosa del RingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora