Capítulo veinticuatro

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La luz matutina se me impregna en los ojos, y automáticamente me llevo las manos hacia la cara, tapándome

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La luz matutina se me impregna en los ojos, y automáticamente me llevo las manos hacia la cara, tapándome.

Siento un olor muy agradable provenir de la cocina, Hades se encuentra preparando el desayuno.

—Mm— digo aproximándome a él —No sabía que cocinabas.

—No nos emocionemos mucho, lo único que sé hacer es preparar hotcakes y alguna que otra cosa básica—dice mientras me toma de la cintura y me posa por arriba del balcón de la cocina.

—Mhm con eso me basta—digo entrelazando mis piernas en sus caderas y poniendo el dedo en un bol con chocolate, llevándolo a la boca.

—Y? ¿qué tal?

Llevo mi dedo nuevamente al bol y pongo una cantidad excesiva de chocolate en este, haciendo que lo pruebe, el chupa más de lo debido, incluso cuando mi dedo ya no tiene una gota de chocolate, haciendo que una corriente eléctrica me recorra en la columna.

—Una delicia— dice a lo que me sonríe con picardía y se relame el labio inferior atrapándolo entre sus dientes luego.

—Eso mismo me parecía—le sonrío
Nuestros ojos se cruzan estableciendo contacto, comunicándonos en un idioma desconocido, que solo ellos saben hablar.
Nos quedamos así por un largo rato hasta que no sentimos olor a quemado, son los hotcakes.

—Algo se quemó—digo haciendo ademán hacia donde estaban los hotcakes

—No me digas Sherlok-dice mientras no quita su mirada de mis ojos

Me he duchado y me he puesto una remera suya, que me llega por abajo de las rodillas, y unos vaqueros grises, este hombre tiene una adicción con los vaqueros grises, y sinceramente no tengo cómo juzgarle, le quedan de maravilla, y para compensar son comodísimos, me cambié ya que seguir con la ropa de ayer era infernal, pena que no lo hemos pensado antes y he dormido incómoda en tema ropa.

Estoy en el sofá cuando verifico mi celular, Hades fue a hacerse una ducha,, tengo mil llamadas perdidas de Zeus, unos mensajes de Kade, todos relacionados al mismo tema: los catastróficos acontecimientos de la noche sucesiva.

Tengo también un mensaje de Tristan donde me pregunta si va todo bien y que me desea un lindo día, el es siempre tan atento.
Una solicitud de mensaje de instagram llama mi atención, por la foto de perfil logro descifrar que es Zayn, el pelinegro de la heladería

—No dejes que nadie te contagie con sus gustos básicos, la menta granizada es un gran sabor—

Sonrío ante ese mensaje, me gusta captar la atención de los chicos, y para qué mentir, también de las chicas,me encanta encantar, pero no, no voy a responderle, quiero estar con Hades y no quiero que él me haga lo mismo.

Hades vuelve a entrar y está malditamente atractivo, cómo siempre, me quedo embobada mirándolo mientras este me sonríe.

—¿Te gusta lo que ves?

—definitivamente si

digo mientras le pego otro repaso descaradamente.

Él solo me observa se ríe, acercándose a mí y uniendo nuestros labios, sus labios calientes son todo lo que está bien, sin lugar a dudas.

De repente le suena el teléfono y se va, pero logro escuchar lo que dice

—Sí mi amor, también te extraño mucho Aida— luego de eso no necesito más, tomo mis cosas y me voy, no tiene sentido que esté aquí con el, cuando lo que quiere es estar con esta Aida.

Dentro del uber decido responderle a Zayn, que se joda Hades.

—Nadie logrará cambiarme nunca le respondo y al cabo de unos minutos me responde

—Bien, así tiene que ser

—Hoy es mi día libre

—Bien por tí

—te va de salir a tomar una cerveza?

Pienso en mi respuesta. y si, no soy obligada a pasarme el día encerrada en mi casa, pensando en Hades y en su amor, Aida.

—Sí me va - le respondo al cabo de unos minutos

—a las cinco?

—Sí, nos encontramos en algun punto?

—Paso por tí, pasame tu ubicación.

Diosa del RingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora