Catorce

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—¿No?

—No.

—¿Neta no?

—Que no.

—¿Por qué no?

—Pues porque no.

—¿Y si mejor me dices que si?

—No creo.

—Maldita.

Quackity y yo estábamos jugando QSMP, él ya se había regresado a Estados Unidos junto a Tina, así que ahora esté era nuestro medio de comunicación.

Por cierto, ahora quería que yo le construyera una casa, porque según el mis casitas son pequeñas pero elegantes.

—¿Y si me ayudas dándome unos planos y yo construyo?

—Mhm, no creo. —Le dije burlona.

—Eres más mala que la carne de puerco. —Lloriqueó.

Por mi chat noté que muchos ponían Roier, así que vi el mapa, Roier se estaba acercando a nosotros.

—Bueno, si te ayudo, pero vámonos.

—¿A dónde van? —Preguntó Abueloier.

—¡El viejito! —Exclamó Quackity.

—Ah mira. —Viré los ojos.

—¡Hola, soy Abueloier, abuelo de Roier! —Exclamó hacia mi.

—Hola. —Le dije sin ganas.

—Mi nieto me ha hablado mucho de ti.

—Que bueno, ojalá se le caiga la lengua.

—Dice muchas cosas buenas.

—Ah, ta weno.

—Mire don, la verdad ya nos tenemos que ir, Oriana me va a hacer una casita.

—¿Puedo ir?

—Ijole, es que no tienes como ir, y nosotros nos vamos a ir en bici.

—Pues me voy con ustedes a patín.

Bufé y tras seguir insistiendo, Quackity le dijo que si, así que tuvimos que caminar hasta donde Quackity quería hacer su hogar.

Ya ahí mandamos al Abueloier a qué consiguiera materiales, ya que según su nieto tenía un local de CEMEX así que ahí tendría todo.

—Vente, mira, quiero que quede de aquí, hasta aquí. —Me indicó poniendo tierra.

—¿Y como lo quieres o qué?

—Pues una casa moderna, coqueta y chiquita, porque... mira, nomás te voy a contar a ti, pero quiero que sea chiquita por arriba, y por abajo va a ser muy grande.

—Oh, okay, entiendo.

—¡Ya vine! —Exclamó el abuelo.

Mientras Quackity y el abuelo se hacían babosos, yo me concentré más en hacer la casa de Quackity, a estas alturas ya no me importaba si la construía sola, no quería tener ninguna interacción con Roier hasta que me sintiera preparada.

¿Era un acto inmaduro? Puede ser, pero mi corazón se sentía herido ahora mismo, y no planeaba...-

—¡Cajita feliz!

—Ay no.

—Hola, hola. —Dijo Roier llegando. —¿Qué están haciendo?

—Construyendo. —Dijo Quackity poniendo bloques de tierra a lo pendejo.

—Hola Ori. —Dijo Roier y yo solo hice un ruido con la garganta. —¿Te ayudo Ori?

—Mhm, no, estoy bien. —Murmuré notando que en mi chat ponían mucho el nombre del chico, con emotes de corazón. —¿Podrías traernos bloques de tu local?

—¿El de CEMEX?

—Si, ese, corre ve por más bloques. —Le dije sin verlo.

—¿Y si me miras y me lo pides?

—No puedo, estoy construyendo. —Le dije.

—Entonces no traeré nada.

—Bueno, no traigas nada.

—¿Por qué estás molesta?

—¿Por qué crees que estoy molesta?

—Ni siquiera me has visto.

—Te vi por mucho tiempo antes, y créeme, no volveré a perder mi tiempo.

—Oye, estoy tratando de ser tu amigo de nuevo.

—No necesito más amigos, tengo los suficientes.

—¿Podrías dejar de ser tan infantil?

—Nop.

—Oriana, lo siento, no quería hacerte daño.

—Achinga, ¿Pues que me hiciste o qué? —Me reí bajando con un water drop, para tomar más materiales que el Abueloier había traído. —Yo ando chida.

—Estas actuando rara conmigo.

—Pues si, ¿Cómo quieres que actúe cuando el chico que me gustaba decidió volver con su ex? Sé que el error fue mío por pensar otras cosas que no eran, pero al menos dame tiempo para poder olvidar lo que sentía por ti.

—Perdón.

—No tienes por qué disculparte cuando fui yo la que confundió las cosas, es más... Roier, lamento haber pensado que lo que sentía por ti era mutuo, y por haber pasado tiempo contigo.

Después de eso, Baghera me llamó así que fui con ella, ambas nos pusimos a jugar Lucky Ducks hasta que llegó Rivers y fuimos a molestarla, sin embargo después llegaron Quackity y Roier, así que Baghera me pidió que la acompañara.

Terminé mi tiempo en QSMP y decidí seguir jugando un poco más en cualquier otro juego, de terror, acertijos y todo eso con tal de mantener mi cerebro concentrado en algo.

Pero pronto mi tranquilidad valió queso, la llamada de Roier en discord interrumpió todo.

—¿Debería contestar? —Me reí sin gracia.

Mi chat comenzó a poner que si así que eso hice.

—¿Puedes mutearte del stream?

—No puedo, estoy jugando.

—Entonces creo que te hablo al rato.

—Bueno. —Murmuré esperando que se fuera de la llamada, pero no sucedió. —¿Aún estás aquí?

—¿Quieres jugar algo?

—¿Cómo qué?

—¿Party Animals?

—No lo tengo descargado.

—¿Cuphead?

—Me estresa.

—¿La de los pingüinos?

—Me pone nerviosa.

—¿Sudoku?

—No mames. —Me reí.

—Es que a todo me dices que no. —Se rió también. —¿Entonces?

—¿Y si hacemos un The Forest?

—Va, jalo.

Ambos nos pusimos a jugar, y realmente fue como si nunca hubiera sucedido nada. Y supongo que era lo mejor, que nada hubiera pasado.

Roier se despidió después de un rato y yo terminé mi stream.

No pasó mucho tiempo hasta que Vicky me mandó mensaje.

»No olvides que Roier no tiene ojos ni para ti, ni para mí, solo para ella, así que no te emociones por unas cuantas interacciones«.

Viré los ojos y apagué el celular.

GIRLFRIEND | ROIER Donde viven las historias. Descúbrelo ahora