GIRLFRIEND | ROIER

Once

—¡Ya bastaaaa! —Chillé corriendo.

—¡Ven aquí! —Exclamó con la voz super grave.

—¡Dejameeee!

—¡Que vengaaaas!

—¡Ya, ya, paz, paz! —Chillé una vez estuve acorralada. —Te juro que fue un accidente, te compro otro teclado, pero no me hagas nada.

—No me importa. —Me dijo sonriente. —¡Ataque de oso!

—¿Que...? ¡Ay, me apachurras!

—No te vas a librar del ataque de oso. —Dijo contra mi cuello, haciéndome cosquillas.

—¡No me hagas cosquillas, bobo!

—¿Cómo? ¿Qué no te haga así? —Dijo respirando en mi cuello. —Ay, hueles bonito.

—Obvio, yo siempre huelo bonito. —Dije pero entonces sentí que dejaba un beso en mi cuello. —¡Roier!

—¿Qué pasó? —Se rió.

—No hagas eso. —Murmuré abochornada.

—¿Por qué no? —Cuestionó fingiendo demencia.

—Me da cosquillas. —Dije tratando de salir de su abrazo, pero eso hizo que me apretara un poco más. —Quiero hacer pis.

—Ya fuiste hace rato, el único mion en esta casa puedo ser yo.

—Bueno, quiero hacer del dos.

—Nop, ni con eso me harás soltarte.

—Bueno, si no puedo alejarme, entonces tendré que unirme. —Murmuré con fingida tristeza.

Fue entonces que yo lo abracé aún mas fuerte, mucho más fuerza de la que él me estaba poniendo.

—¡Ay, culera espérate! ¡Me aplastas!

—¡Abrazo de oso! —Exclamé divertida.

—No res...piro.

—Callese y aguantese.

—Ori... ayuda....

Lo solté y él se cayó al suelo.

—¿Feliz?

—Me caes mal. —Dijo tratando de recuperar la respiración.

—¡Lucha libre! —Exclamé tirándome sobre él.

—¡No!

°°°

—Tienes un chingo de cabello, no mames. —Me dijo Roier mientras trataba de peinarme.

—Es falso.

—¿Cómo que falso?

—Son extensiones. —Murmuré mostrándole las raíces. —Me las puse apenas, mi mamá fue a ponerse y me dijo que si yo quería, y pues no quería pero con tal de pasar un día madre e hija acepté.

—Cuando tengamos una hija también tendrás esos días, serían abuela, madre e hija. —Me dijo.

—¿Cómo...?

—Sería muy bonita como tú, y luego va a saber muchos idiomas, será la consentida de tus hermanos, porque a este paso quien va a tener hijos primero seremos nosotros.

—¿Quieres tener hijos conmigo? —Pregunté.

—Si lo preguntas así suena feo, pero si, me gustaría vivir mi vida contigo. Tu... ¿tu quisieras estar conmigo?