Uno

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—¿En serio? —Cuestionó sorprendido.

—Sip, ahí voy a estar y finalmente te voy a conocer. —Le dije emocionada. —¿Si vas a ir tú?

—Si, claro, es que me sorprende porque... órale, te voy a ver.

—Ya, ya, no te pongas como fangirl, ni siquiera soy una idol para que te pongas así. —Me burlé. —¿En los ángeles hace calor o frío? ¿O es algo templado?

—Ni idea, yo me voy a llevar lo de siempre, shorts, tenis, y una camisa.

—¿Y si llueve? Te va a dar frío.

—Nah, no creo, Quackity es de ahí y siempre anda en...-

—En sudadera.

—Pero puede que sea de esos raritos que usan sudaderas hasta en el clima más caluroso. —Dijo volteando hacia un lugar específico, de dónde venía dicha persona en el juego.

—¡Eh, culero! ¡Si te escuché! —Le dijo Quackity y Roier se rió. —Pero nah, está como templado, o depende de dónde sean, para Roier está bien creo, pero para ti Ori, quién sabe.

—¿Cuántos grados hace allá? —Preguntó Roier.

—Ni idea, acá es de noche, estamos a 19 creo. —Murmuré buscando en mi celular. —Pero en el día llegamos como a 28 algo así.

—No mames que es de noche allá. —Dijo sorprendido Quackity. —¿Y que haces entonces? Ya vete a dormir.

—¿Ya me estás corriendo? Que mala onda, te voy a hacer un hilo en el tuiter. —Le dije haciendo que mi cubito se agachara y se fuera caminando lentamente.

—¡No, no! Era broma. —Me dijo y yo me puse derecha. —¿Qué hora es allá?

—Son las... —Tomé mi celular. —Las tres de la mañana.

—Y aquí son las doce de la tarde. —Dijo Roier.

—¿Y por qué estás despierta?

—Me tengo que acostumbrar al horario de ustedes, sino me va a dar el patatús allá. —Murmuré dando un bostezo.

—Oh, si es cierto, ¿Si vas a venir? —Me preguntó Quackity.

—Sip, mi mamá me dio permiso y ya saqué los boletos. —Sonreí emocionada.

—¡A huevo! Ya tenemos medio QSMP en el evento. Que increíble oigan, Roier, Ori, si me dejan yo les puedo enseñar tantito los Ángeles, hay muchos lugares muy bonitos aquí.

—Oh, eso estaría muy bien. —Le dije. —Cuando ustedes quieran venir a Corea yo les daré un tour también.

—Ay no mamen, yo no salgo de mi casa. —Se quejó Roier y nosotros nos reímos.

—Voy a ir con los demás. —Nos dijo Quackity y se fue.

—Oye, Ori, ¿Jugamos algo después?

—Claro, ¿Cómo qué?

—Pero fuera de stream.

—Ah caray, pues si, si quieres, pero...-

—Ah si es cierto, ya te vas a dormir.

—No, no, puedo quedarme despierta, decía pero, pero porque puede que en unas horas escuches a mi madre gritándome en francés porque no he dormido. —Reí divertida.

—Correré ese riesgo. —Dijo burlón. —¿Tienes hermanos, Ori?

—Ah, de hecho si, tengo seis.

—A la verga.

—Son adoptados igual que yo, pero ellos ya fueron de los países de origen de mis padres.

—¿Y son mujeres o son hombres?

—Son hombres, todos.

—¿Y por qué tantos?

—Pues, mi papá quería tener muchos hijos y una sola hija, así como en esas películas o novelas donde todos los hermanos cuidan y sobre protegen a la niña, pero no le salió porque mis hermanos me odian.

—¿Neta?

—No. —Reí. —Si me quieren, de hecho son bien empalagosos, pero ellos son más grandes que yo, el más pequeño me gana por cinco años, pero todos los demás ya se llevan como de un año y así, bueno, el mayor ya tiene treinta y cinco, me gana por quince años.

—A ver, pero como van de edades, el mayor dices que tiene treinta, ¿Y luego el segundo?

—El segundo tiene treinta y uno, el tercero treinta, el cuarto veintinueve, el quinto veintiocho, el quinto veintiséis y el sexto veinticinco.

—Andale no mames. —Me dijo Quackity sorprendido. —Casi casi el equipo de fútbol.

—¿Tu cuando llegaste?

—Pues hace poquito, oye, ¿Y todos son de la misma nacionalidad o como?

—No pendejo, escucha. —Le dijo Roier.

—Oh, pues acabo de llegar, cabrón.

—Pues miren, el mayor es coreano, de ahuevo tenía que ser coreano ya que pues mi padre le va a heredar la empresa a él, el segundo es francés porque mi mamá quería uno de su nacionalidad, el tercero y el cuarto son coreanos, el quinto es... ah no mames, si es cierto, es japonés, el sexto es francés.

—¿Y tú por qué eres Mexicana?

—Pues porque necesitaba mejorar la raza. —Le dije y ellos se rieron. —Pues no sé, creo me habían dicho mis hermanos que pues ya no podían adoptar aquí en Corea ni en Francia, y pues pensaron en adoptar en otro país. Estaban entre México y Rusia, pero digamos que hay mala fama de las chicas Rusas aquí, así que no quisieron como... arriesgar a su próxima hija, así que después de muchos trámites aparecí yo.

—Oye que genial, ¿Y por qué no eligieron hijos de otros países? Hubiera estado chingón que tuvieran uno de cada país. —Me dijo Quackity.

—Pues si lo habían pensado, pero la sociedad coreana es muy... rara en ese aspecto, no son muy bien recibidos los extranjeros. De hecho, mi hermano Yoshio, el japonés, y yo somos como muy mirados en la calle cuando salimos.

—¿Y por qué él, si aún así sigue teniendo rasgos asiáticos? Digo, no es por andar ofendiendo ni nada, pero se entiende contigo, porque no te ves asiática, pero él...

—Es que entre asiáticos de dan cuenta, obviamente cada uno tiene su forma de diferenciarse, esa onda de que todos los asiáticos se parecen no es cierto. —Me reí. —Yo que llevo años aquí te puedo decir quién es un coreano, japonés, chino, taiwanés, y todo.

—Orale, que genial. —Dijo Quackity. —Oye, ¿Y es cierto que en el metro no puedes hacer ruido?

—Nop, siento yo que es más como un momento de relajación para todos, ya que muchos están aún estudiando o trabajando, y sus jornadas son muy largas, y pues no sé, yo la verdad estudio en casa, casi no salgo.

—¿Y entonces como nos quieres enseñar Corea si no sales de tu casa? —Se quejó Roier.

—¿Sabes que es Google maps? Ahí lo dice todo, menso.

—Ah pues si, que estúpido y que menso soy.

GIRLFRIEND | ROIER Donde viven las historias. Descúbrelo ahora