"aquí te espero, conejito". ese es el mensaje que me ha respondido jeno cuando le he avisado de que ya salía de casa de mark.
la verdad es que pasar el día con mi mejor amigo me ha ayudado a despejarme de todos los problemas que ocupan mi mente y me ha permitido ver con mayor claridad lo que siento por el vampiro. sé que hace muy poco tiempo que nos conocemos y quizás sí estemos yendo demasiado deprisa, pero el hecho de tener a uno de los de su especie queriéndome usar como cebo para atraer al castaño, me da el empujoncito que me quedaba para mudarme con él.
en eso voy pensando mientras conduzco hasta su casa, ahora mía también, y voy tamborileando con los dedos el volante al ritmo de la canción que suena por la radio. hay miles de preguntas que se arremolinan en mi mente sobre la relación que pueden tener jeno y ese psicópata, pues está más que claro que este último quiere llamar su atención.
quizás se conocían antes de que el clan viniese a vivir a la ciudad y se pelearon. podría ser por venganza, suele ser el motivo más frecuente. aunque también podría ser por celos o despecho. la idea de que se trate de alguna ex me incomoda y molesta, no quiero que nadie se interponga en lo que está empezando a haber entre nosotros.
decido que ya se lo preguntaré en su debido momento, todavía no me siento con el derecho de indagar sobre ese aspecto de su vida, por mucho que desee conocer absolutamente todo de él. aún siguen habiendo cosas acerca de los vampiros que quiero que me aclare, así que primero terminaré con esas dudas antes de adentrarme en terreno más personal.
donghyuck es quien me abre la puerta cuando toco al timbre, pues no tengo una copia de llaves para poder entrar sin tener que incordiar. no tarda ni medio segundo desde que suena la campanilla, aunque debería empezar a acostumbrarme a sus habilidades sobrehumanas.
―menos mal que ya estás aquí ―dice dramáticamente a modo de saludo. ―lleva todo el día de morros.
no me hace falta preguntar de quién habla, sé perfectamente que se refiere a jeno. una ligera sonrisa se hace presente en mi rostro al escucharle y trato de esconderla para que no la vea.
―¿dónde está? ―cuestiono, pues me parece raro que no haya venido a recibirme.
―en la biblioteca ―me señala las escaleras, indicándome la dirección. ―justo al final del pasillo.
asiento una sola vez a modo de agradecimiento y subo los escalones casi trotando. el cosquilleo en el estómago y el temblor en las manos se hace presente a medida que me voy acercando a la estancia donde se encuentra, claramente ansioso por volver a verle.
durante un segundo, me permito observar con adoración todo el lugar. la habitación es inmensa y está completamente llena de libros. todas las paredes están revestidas con estanterías a rebosar de ejemplares de todos los géneros, desde terror hasta novelas históricas e incluso hay un apartado de poesía y otro de literatura extranjera.
pegado a la ventana hay un escritorio con un ordenador y una impresora en él, y rápidamente lo asigno como mi lugar de trabajo para ponerme al día con todo lo de la universidad. justo en el centro del lugar se encuentran una mesita redonda, un sillón amplio y un sofá, que es donde está sentado jeno con un libro entre las manos.
el castaño gira la cabeza ligeramente al escucharme llegar, pero no se mueve ni un ápice. aunque me sorprende su actitud, vislumbro un atisbo de sonrisa en su boca, por lo que me relajo al instante y avanzo hasta él con pasos tranquilos.
―hola, jen ―saludo con una amplia sonrisa y quitándole lentamente el libro.
alza ambas cejas al ver mi gesto, casi como si me estuviera reclamando haber interrumpido su lectura. dibujando una mueca pícara, me siento a horcajadas en su regazo, haciendo que su expresión se acentúe todavía más. ahora sus cejas han desaparecido bajo su cabello.
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Sweet relief
Fanfictiondesde que llegó, supe que lee jeno iba a ser mi perdición, pero no sabía hasta qué punto podría mi vida correr tanto peligro por su culpa.