022: fin

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―deberías hablar con ella, markie ―susurro dando un sorbo de mi vaso opaco. ―no pueden estar eternamente peleados, está afectando al grupo.

el aludido observa como dos mesas más allá, minjeong, yoorim y doyeon están cuchicheando al igual que nosotros mientras echan algún que otro vistazo hacia nuestra dirección. mi amigo nos convenció de que pospusiéramos la cacería hasta que hubiera terminado el curso para no levantar sospechas sobre nuestra repentina ausencia, así que aquí estamos, en la cafetería de la facultad.

afortunadamente queda poco más de un mes para que acaben las clases, por lo que tampoco es que suponga tanta diferencia. de hecho, estamos aprovechando este tiempo para trazar mejor nuestra ruta, pues resulta que todos los vampiros cómplices de jaehyun están esparcidos por todo el mundo.

―¿cómo quieres que hable con ella si ni siquiera me mira a la cara? ―se queja pasándose las manos por el rostro.

―ponerte excusas tampoco te ayudará a resolver el problema ―interviene jeno junto a mí, dejando su vaso vacío sobre la mesa.

sí, desde que soy vampiro, ha vuelto a tomar la sangre embolsada y, aunque dice que no le importa, no puedo evitar sentirme mal por él al haberle quitado la posibilidad de alimentarse de sangre fresca.

―vaya, gracias por el apoyo ―le espeta el rubio fulminándole con la mirada.

―lo que jeno quiere decir ―aclara sungchan ―es que si realmente te importa no deberías rendirte nunca. demuéstrale que quieres arreglarlo y que te preocupas lo suficiente como para no tirar la toalla.

el discurso del ojimiel parece surtir efecto en mark, quien vuelve a observar a la joven en cuestión y suspira con pesar. luego coge aire con fuerza y, asintiendo una sola vez con resolución, se levanta de la silla y se encamina hacia ella, al mismo tiempo que rebeca hace lo mismo.

―lo siento ―dicen al unísono una vez están frente a frente. ―no, yo lo siento.

no puedo evitar reír ante la escena y niego con la cabeza, aunque suspiro aliviado al ver que se abrazan con fuerza y se besan con pasión. yoorim y doyeon llegan corriendo hacia nosotros, sonriendo ampliamente y abalanzándose sobre mí.

―¡al fin, no sabes cuánto te hemos echado de menos! ―exclaman rodeándome el torso con sus brazos.

―ey, que corra el aire ―demanda jeno con el ceño fruncido, aunque sus ojos sonríen.

―aw, a ti también te hemos extrañado, gruñón ―yoorim repite el gesto con él, recibiendo unos golpecitos en su antebrazo por parte del vampiro.

―bueno, gracias por la parte que nos toca ―espeta con sarcasmo donghyuck.

―qué sensibles están todos hoy, por dios ―exclama doyeon acercándose hasta la pareja y dejando un suave beso en las mejillas de cada uno instantes antes de acomodarse en el regazo del moreno.

su novia imita su gesto y luego se sienta en las piernas de sungchan, pues no hay más sillas disponibles al estar en una mesa más pequeña de la habitual. en esos momentos aparecen los dos tortolitos dramáticos y se suman a nuestra conversación como si nada hubiera pasado.

el curso termina y nosotros ya lo tenemos todo preparado para partir en nuestro viaje. me sorprende saber que no necesitamos provisionarnos de armas ni nada por el estilo, pues resulta que el clan tiene una especie de pisos francos repartidos por todo el mundo.

jeno no hace más que repetirme que no me separe de su lado y que haga exactamente todo lo que le diga. he de admitir que estoy algo ansioso por lo que está a punto de pasar, pero no dejo que eso influya negativamente en mí.

Sweet reliefDonde viven las historias. Descúbrelo ahora