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el sonido que hace el cuerpo sin vida de jaemin al caer contra el suelo va seguido de un chillido de terror por parte de mark, un jadeo sonoro proveniente de sungchan y una maldición escupida por donghyuck.

jeno se queda observando el cadáver de su novio con una mueca completamente indescifrable. a pesar de que las lágrimas siguen cayendo por su rostro, no emite ningún sonido ni mueve uno solo de sus músculos, todavía en shock tratando de procesar lo que está ocurriendo.

jaemin está muerto. la única persona a la que cree haber amado con todo su corazón ya no está. jaehyun se lo arrebató todo hace muchos años y ahora que había conseguido comenzar a rehacer su existencia, ha vuelto para destruirle por completo. tras varios minutos levanta la cabeza y fulmina con la mirada a su creador, a la figura que una vez admiró.

―te mataré ―lo dice con simpleza, casi como si no estuviera amenazándole.

una carcajada sarcástica es lo que obtiene a modo de respuesta, pero no le importa que no le crea. ahora ya no le importa nada, no le quedan motivos por los que preocuparse por algo, ni siquiera por su propia vida. la sonrisa de suficiencia del rostro del mayor se borra al ver la expresión del castaño, aunque rápidamente el llanto de mark atrae su atención.

―cállate de una puta vez, mierda ―espeta completamente furioso mientras lo agarra por el cuello y lo alza del suelo, ahorcándolo.

―señor, tenemos un problema ―el tipo que trabaja con él aparece en ese instante en la estancia con la respiración acelerada y una mirada preocupada.

―¿qué ocurre? ―pregunta el aludido dejando al rubio en su sitio de nuevo.

―el agente inmobiliario está en la puerta ―anuncia el joven, a quien jeno reconoce como al intruso que olió una vez en la panadería.

―mierda ―jaehyun se pasa las manos por el pelo canoso en un gesto de frustración y luego toma varias respiraciones para calmarse. ―bien, yo me encargaré de él. tú ve a buscar todo lo que preparamos.

ambos vampiros abandonan el lugar, dejando al trío maniatado y a un lloroso y tembloroso mark abrazando con fuerza a su difunto mejor amigo. jeno no puede apartar la mirada de esa imagen, anhelando poder ser él el que sostuviera el cuerpo de jaemin una última vez.

―lo siento, jenori ―susurra donghyuck a su lado, aunque no le responde. no le quedan fuerzas.

incapaz de seguir observando al amor de su vida tendido en el suelo, el castaño cierra los ojos y deja que el dolor inunde cada molécula de su ser. sufre tanto que no puede siquiera gritar o maldecir, tan solo permitir que cientos de lágrimas humedezcan su rostro.

―jeno ―lo llama sungchan al cabo de unos minutos, logrando que vuelva a abrir los ojos ante el tono sorprendido que percibe en su amigo.

este le señala hacia delante, donde jaemin está removiéndose entre los brazos del rubio. parpadea varias veces creyendo que se trata de una ilusión, de su mente jugándole una mala pasada y haciéndole ver algo que no es real. pero lo es, el rizado realmente está retorciéndose y frunciendo el ceño, incluso suelta algún que otro quejido de molestia.

―¿jaemin? ―inquiere con la voz temblorosa su amigo, claramente anonadado ante lo que está presenciando.

el aludido gime de agonía, su cabeza duele como nunca y nota la garganta ardiendo. logra separar los párpados y se encuentra la imagen de mark bañado en lágrimas acunándole. inmediatamente gira el cuello en busca de jeno, lamentándose al instante ya que el movimiento ha incrementado su malestar.

―jae, tus ojos... ―dice el rubio, echándose hacia atrás para alejarse de él.

el comentario alerta al resto de los presentes, quienes se fijan en esa zona en concreto y se sorprenden ante lo que ven.

Sweet reliefDonde viven las historias. Descúbrelo ahora