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mark aparece ese viernes por la tarde en mi apartamento, gritando no sé qué de salir de fiesta y emborracharnos hasta perder el conocimiento. a pesar de que no me gusta su idea de alcoholizarme hasta que no me acuerde ni de mi nombre, debo admitir que echo de menos salir con los chicos y no me vendría nada mal despejar mi mente, que últimamente ha estado muy ocupada dándole vueltas a miles cosas.

jeno es la primera de ellas y la más importante. desde que se marchó a la mañana siguiente después de contarme la verdad sobre la muerte de mi familia, no hemos vuelto a cruzar palabra, siguiendo con su estúpida idea de alejarme de todo el tema vampírico. ¿es que no se da cuenta de que ya estoy metido de lleno?

lo estuve desde que me besó por primera vez en su coche y se encargó de velar por mi seguridad, siguiéndome a todas partes y haciéndome sentir protegido.

lo hice todavía más cuando me consoló la noche del supuesto accidente y me sumergí por completo al pedirle que me mostrara su aspecto sobrenatural.

todo esto sin tener en cuenta que uno de los de su especie fue el responsable de la muerte de mi familia.

sí, estoy un poco molesto con él por querer mantenerme al margen aún, por no aceptar que ya no hay vuelta atrás y, sobre todo, por no admitir la innegable atracción que existe entre nosotros.

sinceramente, no sé cómo puede ignorarla de esa manera, a mí me cuesta incluso respirar cuando lo veo en la cafetería y él ni siquiera parece inmutarse por mi presencia.

por ese motivo termino aceptando la propuesta de mark, aunque así como se ha presentado en mi apartamento no había mucha opción a réplica, y me doy una rápida ducha para alistarme.

me decanto por unos vaqueros negros ajustados, una camisa blanca con un floreado sutil que dejo desabrochada en su parte superior, revelando mis clavículas y parte de mi pecho y unas botas marrones para completar el atuendo.

tampoco es que me haya arreglado mucho, pero quería verme mejor que en los últimos meses.

mark y yo somos los últimos en llegar a la discoteca a la que siempre solemos ir, encontrándonos a la mitad de nuestros amigos ya pasados de copas. minjeong, doyeon y yoorim, están bailando como posesas en el centro de la pista de baile, sin preocuparse de la gente a su alrededor y hyunsuk persigue a chaewon por todo el lugar molestándola, como de costumbre.

las chicas son las primeras en darse cuenta de nuestra presencia, por lo que vienen corriendo con la respiración acelerada y unas amplias sonrisas en sus rostros. se abalanzan las tres sobre mí a la vez, obligándome a mantener el equilibrio para no caer los cuatro al suelo y sacándome una pequeña carcajada.

―¡has venido, jae! ―exclama minjeong, abrazándome de nuevo.

―ya sabes cómo se pone mark cuando se le mete una idea en la cabeza ―me burlo, viendo cómo el aludido pone una mueca de indignación.

―¡oye! ni que te hubiera arrastrado por esos rizos que tienes ―se queja haciendo un puchero y cruzándose de brazos.

―una vez lo hiciste ―le recuerdo, provocando las risas de las jóvenes.

―éramos adolescentes, supéralo de una vez.

―jamás ―sonrío y le revuelvo el cabello juguetonamente, sabiendo cuánto odia que haga ese gesto.

hyunsuk y chaewon aparecen en esos instantes, con las manos del joven rodeando la cintura de nuestra amiga y, una vez el grupo está reunido, nos encaminamos hacia una mesa para tomar algo.

vamos charlando de temas sin importancia, recordando viejos tiempos y riendo a carcajadas con las estupideces de mark o las discusiones de matrimonio, como las ha bautizado yoorim, de hyunsuk y chaewon.

Sweet reliefDonde viven las historias. Descúbrelo ahora