023: epílogo

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―deberíamos ponerle un nombre, ¿no crees? ―pregunto sin dejar de mirar a la niña en mi regazo, sujetándola con fuerza para que el traqueteo del coche no la desestabilice.

―en el cochecito del sótano había una manta que decía "yujin" ―me responde jeno apretando más el brazo que rodea mi cintura y pegándonos a ambos a él.

―yujin ―pruebo, saboreando el nombre. ―me gusta.

siento los ojos de donghyuck observándonos por el espejo retrovisor mientras conduce hasta el aeropuerto más cercano para poder regresar de una vez por todas a casa. no aparto mis ojos de la preciosa bebé que juguetea con el borde de mi camiseta y trata de tragarse su puño entero.

―es preciosa ―oigo que susurra el ojioscuro a mi lado, por lo que mi giro para encontrármelo observando con una sonrisa ensoñadora a la pequeña.

―lo es ―asiento, percibiendo el amor casi instantáneo que ha desarrollado por ella.

―¿seguro que están preparados para esto, chicos? ―interviene sungchan desde el asiento del copiloto, claramente no demasiado seguro de nuestra decisión.

―llevo esperando esto desde hace casi cien años ―le responde su amigo, acercando una mano hacia la bebé y mostrando su dentadura cuando esta se agarra a uno de sus dedos con fuerza.

―yo no hace tanto, pero es lo que siempre he querido ―añado todavía centrado en yujin. ―y seremos muy felices, ¿verdad que sí, pequeña? ―digo agudizando mi voz para dirigirme a ella.

la aludida sonríe y suelta una especie de chillido de emoción que hace que nuestras muecas se ensanchen todavía más. vale, quizás jeno no es el único que ha quedado completamente enamorado de la niña nada más verla.

―ya, pero un bebé vampiro... ―donghyuck deja la frase inacabada, aunque lo entendemos a la perfección.

―iremos a ver a taeyong nada más lleguemos, a ver qué sabe ―parece que el líder lo tiene todo planeado.

―¿y cómo piensan convertirse en sus padres legalmente hablando? ―inquiere el ojimiel.

vaya, eso era algo que no había pensado. no podemos simplemente ir a protecciones de menores y explicar que nos hemos encontrado a una niña de menos de un año en el sótano de un vampiro psicópata, que la hemos convertido y que nos la vamos a quedar porque sus auténticos padres ya no están para cuidarla.

―jimin se encargará de ello ―dice con simpleza.

¿jimin? bien, no sé en qué momento ha hablado con ella, pero no puedo evitar fruncir el ceño al escuchar su nombre. ¿acaso la vampiresa es capaz de hacerlo todo? ¿desde curar una herida hasta conseguir unos papeles de adopción falsos que pasen por unos auténticos? intento borrar mis pensamientos, sabiendo que mi reacción es a causa del pasado que tiene con el castaño y que estoy reflexionando de manera irracional debido a los celos.

―sabes que te prefiero a ti por encima de cualquiera, conejito ―ronronea sobre mi oído instantes antes de besar mi cuello de manera lenta y completamente sensual.

―lo sé ―suspiro, relajándome inmediatamente bajo su toque. ―pero vosotros tenéis mucha historia detrás y...

―y es contigo con quien quiero pasar el resto de mi eternidad ―finaliza por mí, haciendo que mis ojos se encuentren con los suyos cuando levanto la cabeza. ―sí, con ella tengo una historia pasada, pero la futura la quiero escribir contigo.

sin tan siquiera darme cuenta, una sonrisa se ha ido formando en mis labios ante sus palabras. me inclino hacia él para entrelazar nuestras bocas en un cariñoso y largo beso, enamorándome un poquito más de él, como si eso fuera posible.

Sweet reliefDonde viven las historias. Descúbrelo ahora