2022, 29 de octubre | Parte II

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Jake y Ari se hacen a un lado para dejar paso a Sora, que sale de la sala con el bebé en brazos. Ari se queda mirando al pasillo cuando la mujer desaparece al fondo.

—No pudimos dejarlo con nadie —explica Matt—. La madre de Sora tiene un pedido para una boda, mi madre está en Niigata por trabajo toda esta semana, y mi padre ya tenía bastante con tres niños pequeños a su cargo.

Para la última frase me lanza una mirada significativa. Me encojo de hombros con una sonrisa.

—Seguro que se lo pasa en grande hoy —comento—. Daría lo que fuera por verlo cuidar a tres niños pequeños y a un recién nacido al mismo tiempo.

Veo por el rabillo del ojo cómo Kari suelta una pequeña risa. Matt niega con la cabeza, reprobatorio y divertido al mismo tiempo.

Tai se acerca a la mesa y agarra un onigiri por encima del hombro de Davis.

—¡Yo quiero! —grita Agumon.

—¡Y yo! —añade Armadillomon.

—¡Yo también! —les sigue Mimi.

Mi cuñado da un bocado al arroz y se dirige a Izzy con la boca llena.

—¿Has conseguido algo para traspasar la pantalla y poder enviarles comida?

Izumi ladea la cabeza sin descruzar los brazos.

—Eh, no —responde.

Tai se encoge de hombros antes de añadir:

—Lo siento, chicos, no va a ser posible.

Los lamentos de los digimon y de Mimi me hacen ampliar la sonrisa.

Mientras esperamos a que Nagi se sienta del todo satisfecho, Yolei también se anima a comer algo, e Izzy llama a Yuna para que nos traiga algunas bebidas. Matt y yo vamos a la cocina para ayudarla, y Ari se nos une a mitad de camino, a pesar de todas las reticencias de Yuna.

Una vez en la cocina, Ari llena una jarra con agua, en lo que mi hermano y yo colocamos tazas y otras bebidas, como café y algunos tipos de té, entre dos bandejas. Cuando Ari se dispone a llevar la jarra llena hasta la bandeja que sostiene Matt, las manos le fallan y el recipiente cae al suelo con un estruendo. Sus vaqueros se empapan al instante, y a Matt casi se le cae la bandeja del susto.

Enseguida abandono la idea de levantar mi propia bandeja y me agacho para recoger los pedazos de cristal. Matt reacciona un instante después; deja su bandeja sobre la encimera y se agacha conmigo. Ari se ha quedado parada, como si se hubiera petrificado con el golpe.

Veo a Yuna asomar la cabeza tras la puerta de la solana que tienen como despensa.

—Voy a por algo para secar el suelo —comenta.

Abandona la cocina al mismo tiempo que Izzy y Jake aparecen por la puerta.

—¿Qué ha pasado? —inquiere el dueño de la casa.

La pregunta hace reaccionar a Ari, que se agacha con nosotros para recoger los pedazos.

—Perdón, ha sido culpa mía —dice—. Perdón.

Noto que le tiemblan las manos, tanto que veo venir lo que ocurre a continuación, aunque lo bastante tarde como para no poder pararlo. Aparta la mano rápidamente mientras la sangre comienza a brotar de sus dedos.

—Perdón —repite.

Hace amago de volver a ayudar con los cristales, pero Matt la agarra de la muñeca para detenerla. Algunas gotas de sangre caen y se mezclan con el agua del suelo.

Digimon Adventure: Proyecto MestizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora