Capítulo 5

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—¿Como te sientes? —le pregunté.

—Bastante bien, estar vivo se siente mejor que morir —bromeó—. ¿Y los chicos?

—Deben estar quedando con los de segundo para el evento de intercambio —respondí—. Ellos están bien, no he podido verlos, pero han de estar tristes.

—¿Sabes si podré verlos pronto?

—No lo sé, Gojo quiere entrenarte mejor como hechicero —recordé—. Tal vez cuando sea el evento regreses de entre los muertos.

—¿Cuánto tiempo llevas entrenando tu técnica ritual? —quiso saber.

Todos los recuerdos de mis primeros entrenamientos se sentían tan cercanos, que desearía no recordarlo con tanto detalle.

—Mi técnica ritual se comenzó a manifestar cuando tenía cuatro años —respondí—. Desde entonces mi clan... me entrenó para controlarlo.

Terminó de cambiarse y me giré.

—Gojo está realmente molesto con los peces gordos —anuncié—. Que hayan matado a uno de sus estudiantes es algo que jamás perdonará.

—De verdad le importamos mucho al profesor Gojo —dijo con melancolía.

—Siempre se esfuerza mucho por hacer hechiceros fuertes —coincidí—. Tengo que irme a entrenar para el evento de intercambio, te veré después.

—¡Nos vemos!

(...)

—¡Natsuki!

Llegué justo a tiempo para antes de que empezara el entrenamiento.

—Vamos a empezar —declaré.

—¿Ya te vieron...?

Cuando menos se dieron cuenta mis amigos se pusieron en posición de combate para atacarme.

—Técnica vudú.

Megumi invocó a dos de sus shikigamis.

—¡Esperen! —les pedí.

Volví a limitar mi energía maldita y de inmediato sus cuerpos se relajaron.

—¡Que acaba de pasar! —chilló Nobara.

—Lo siento, en los entrenamientos libero un poco más de mi energía maldita —expliqué—. Esto es...

—Algo por lo que todos pasamos la primera vez que entrenamos con Natsuki —intervino Maki—. No vayan a matarla por favor, aunque dudo que alguno de nosotros pueda hacerlo.

Mis amigos me vieron completamente asombrados.

—¿Esto es un poco? —preguntó Megumi.

—Nadie ha presenciado la energía maldita de Natsuki en todo su esplendor —explicó Panda.

—Salmón.

—Lo siento, debí decirles antes —dije apenada.

Ambos se miraron y sonrieron derrotados.

—No volveremos a intentar matarte —bromeó Nobara.

Me reí.

—Muchas gracias.

—¡A entrenar! —dijo Panda—. Yo quiero ver un enfrentamiento entre Fushiguro y Natsuki.

—¡Yo también! —secundó Nobara.

—Algas.

—Entonces usen armas malditas —dijo Maki.

—De acuerdo —accedí.

Entre rituales | Megumi FushiguroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora