Capítulo 7

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—¿Porque compartirá algo como eso... con alguien que acabo de conocer? —preguntó Megumi.

—¿Que no viste que estaba abrazando a mi mejor amiga? —intervino Nobara.

—Cállate, no digas cosas que no quiero que sepan —respondió.

—Kioto, tercer año, Aoi Todo, presentación terminada —dijo—. Ahora que somos amigos, apresúrate y responde, ¿o es que acaso tenía razón?

Me sentía un poco rara en esta conversación.

—Los gustos de una persona revelan todo sobre ella, los tipos aburridos tienen gustos aburridos —explicó—. El festival de intercambio hace que me emocione, si mi última participación resulta ser aburrida... quien sabe lo que haría.

¿Es una amenaza?

—Estoy siendo agradable así que responde y sólo saldrás con algunos rasguños —declaró—. Así que dime, Fushiguro... ¿qué tipo de chicas te gustan?

Nobara y yo esperábamos una respuesta, yo no sabía que quería escuchar, me bastaba con que fuera honesto al contestar.

—No tengo una preferencia específica, mientras tenga una humanidad inquebrantable no necesito nada más —respondió—. Natsuki es la definición de lo único que quiero en una chica.

—Esa es la respuesta correcta —concedió Nobara.

—Cállate —le dijo avergonzado.

El corazón me latía con fuerza, y me sentí apenada de que me haya mencionado con tan bella definición.

—Lo sabía... eres aburrido, Fushiguro.

En un rápido movimiento Todo se abalanzó contra Megumi, Mai acorraló a Nobara y cuando estuvo por invocar a uno de sus shikigamis me interpuse entre los dos.

—¡Natsuki!

Su poderosa mano ni siquiera me tocó, la miró irritado intentando analizar porque me había interpuesto y porque no lograba golpearme.

—Ya fue suficiente —espeté—. Si alguno de los dos lastima a Nobara o Megumi, no tendré piedad.

Lo tomé del brazo y de una patada lo estrellé contra la pared.

—Si solo ves en una mujer su físico, entonces tu mente es más aburrida que la de una maldición del grado más bajo —le dije.

—¡Espera, Natsuki!

—¿Porque no siento tu energía maldita? —me preguntó.

—¿No estábamos hablando de lo vacía que está tu mente?

Le di algunos golpes en las costillas y lo tiré al suelo.

—Yo en realidad no quiero pelear, todos somos hechiceros y tenemos formación en la academia de hechicería —admití—. Pero no me puedo quedar de brazos cruzados cuando estás amenazando a las personas que quiero.

A toda velocidad le di algunos golpes estratégicos en las piernas a Mai, y cayó al suelo, liberando a Nobara de su amenaza.

—Vámonos —declaré—. ¿Están bien?

—Si —respondieron.

Megumi entrelazó su mano con la mía y seguimos caminando.

—Agáchense y protejan sus oídos y mente con energía maldita —les dije.

Sin dudarlo hicieron lo que les pedí y por encima de nosotros Panda e Inumaki aparecieron, Panda le asestó un buen golpe a Todo, que parecía querer darme un ataque por la espalda.

Entre rituales | Megumi FushiguroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora