—Gojo.
—¿Sí?
Con Gojo por lo general no tenía pláticas profundas, en el fondo ambos sabíamos cómo se sentía el otro, aunque fuera de forma espontánea y fugaz, habíamos encontrado a alguien que se sentía igual que el otro, más que nada, ninguno necesitaba decir algo para hacernos saber que estábamos en cualquier momento.
Conforme fue pasando el tiempo nos fuimos entendiendo mejor, él se reflejó en mí, y yo aprendí de los errores que había cometido o nuevas formas de implementar mi hechicería. Además, que su carácter nunca se prestaba para tener este tipo de pláticas, pero rara vez, cuando nos sentíamos vulnerables y humanos, hablábamos de lo cargábamos.
—Para los demás es imperceptible lo que sientes —le dije—. Siempre haces esas bromas ridículas y tienes una sonrisa graciosa.
Lo vi asentir.
—Pero una de las cosas que tenemos, al momento de tener la misma técnica ritual es que tus emociones o al menos la conexión que tenemos la podemos sentir —le recordé—. No hay día que no te sienta cansado, desanimado y... extrañando cada momento a Geto, puedo sentir tu melancolía y tristeza al recordarlo.
—Lo sé.
—Megumi me dijo que no necesitaba cargar con el peso de protegerlos a todos —continué—. Que, aunque fuera la más fuerte no tenía que cargar yo sola con el peso de esa responsabilidad.
—Yo también te lo he dicho.
—Es precisamente por eso que ahora te lo digo a ti —objeté—. Puedes dejarme esa responsabilidad a mí, ya cargaste con eso demasiado tiempo, no es justo para ti.
Y esta fue una de las pocas veces en las que lo vi callado y ensimismado en la situación.
—No me lo perdonaría jamás si te lo dejara a ti.
—¿Y no crees que mereces dejar de sentir dolor por al menos una sola vez?
Pude percibir un ligero cambio en su energía maldita.
—Tú y yo estamos destinados a sufrir, ser los más fuertes sólo nos condena a ver cómo las vidas humanas se resbalan de nuestras manos —dije en voz baja—. El título del más fuerte no basta para serlo, lo que nos hace más fuertes que los demás es simplemente nuestra capacidad de neutralizar todo ese dolor y guardarlo hasta casi poder olvidarlo.
Decidí quitarme la venda, y poco después Gojo hizo lo mismo.
—El hechicero más fuerte puede pasar la responsabilidad a la hechicera más fuerte —declaré—. Aprendí de ti, no importa lo que tenga que vivir, sobreviviré, como siempre lo he hecho.
La lluvia comenzó a caer por encima de nosotros, pero no llegó a mojarnos, se creaba una capa protectora sobre ambos.
—Eres como un padre para mi —susurré—. La idea de que no estés a mi lado de la forma más irritante que conozcas, me aterra.
Lo abracé con fuerza, siempre que hacíamos contacto ambos sentíamos una fuerte descarga de poder, el infinito que formaba todo nuestro cuerpo explotaba miles de veces por segundo, una especie de magnetismo nos consumía y nos identificaba.
—Lamento que tengas que cargar con algo que no mereces —me dijo—. Me aseguraré de que ninguno de los dos tenga que sufrir de nuevo, no importa cuánto tiempo me lleve.
Levanté la cabeza y la frotó con cariño.
—Confío en ti, Satoru.
(...)
—Hola Megumi.
—Hola, ¿cómo te fue?
—Bien, Gojo estuvo molestando a Nanami un buen rato —recordé—. ¿Y a ti? ¿Como van los entrenamientos?
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Entre rituales | Megumi Fushiguro
FanfictionEn un mundo donde los hechiceros protegen las vidas de los demás, está siempre esa incertidumbre si lograrás salvar aquello que más amas, pero aquí no es ninguna opción, la única solución es hacerlo. Natsuki sabe la carga que lleva sobre sus hombros...