Capítulo 44

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—Ui Ui... llévate a Rika y Yuta a que se curen —susurré—. Me... me quedaré aquí para proteger a Maki.

—¿Qué fue lo que pasó? —preguntó—. Ese fue el corte que parte el mundo, ¿lo volviste a recibir?

Por inercia toqué mi abdomen y verifiqué que ya me hubiera curado por completo.

—El alma de Megumi ya no tiene deseos de vivir —declaré—. Por favor, dile a Yuta que controle a Rika, y avísales que estoy bien.

—No estás bien.

Ui Ui era una de las pocas personas que se atrevía a llevarme la contraria sin miedo, y yo de verdad lo admiraba por tener esa personalidad a tan corta edad.

Aunque todos supieran que lo que dijera se cumplía, Ui Ui se sumaba a mis amigos, quienes había ocasiones que podían ver lo que me pasaba en realidad.

—No me daré por vencida...

Ya estoy harta de ver a mis amigos, a estos grandiosos hechiceros sufrir a expensas de Sukuna, no quiero que salgan lastimados... pero si los saco de aquí se sentirán insuficientes para poder pelear con el rey de las maldiciones, y este imbécil ya me tiene harta con sus técnicas infinitas... la de la técnica del infinito ¡soy yo!

—¡Natsuki!

Me giré e identifiqué la voz de Maki.

¡Mierda, mierda, mierda! Tengo que ser... ¡la más fuerte!

Azoté mis manos contra el suelo y lo rompí, haciéndolo añicos por debajo de mí y de Ui Ui.

Dejé salir un sonoro grito de mi boca; estaba llena de desesperación, ansiedad, tristeza por no tener a Megumi a mi lado, sentía una enorme responsabilidad por mantener vivos a mis amigos y familia.

Miré a mi amiga, y para mi sorpresa, tanto Sukuna, Maki y Ui Ui, estaban perplejos al escuchar mi grito.

—Maki... por favor resiste unos minutos —le pedí—. ¿Podrías apoyarme con eso?

Mi amiga salió de su trance.

—Entendido —respondió con seguridad.

Y en ese instante lo recordé.

Natsuki tiene un alma inquebrantable, es mi cosa favorita de ella, la amo y la admiro por eso y más.

—Un alma inquebrantable... por supuesto... eso es... lo que más le gusta a Megumi de mí, no lo puedo defraudar —musité—. Eso es lo que papá siempre me decía también.

De pronto todo encajó para mí, sentí que finalmente después de dieciocho años mi vida estaba conectada con lo que era, la hechicera de grado especial más poderosa de todas las eras.

Nunca me había sentido tan orgullosa de ser la hija de Nanami, Shoko y Gojo, y la amiga de todos los chicos que había conocido a lo largo de mi vida.

Todas esas personas confiaron en mis habilidades y en técnica ritual para poder vencer al rey de las maldiciones después de tantos años.

Maki, Ino y Kusakabe estarán bien si los dejo un momento más; sin embargo, Sukuna no está interesado en Ino ni Kusakabe, está eufórico por pelear contra Maki, la matará en caso de que se aburra o vea que incluso si abandonó el camino de la hechicería no pudo contra él.

Rápidamente me interpuse entre el Black flash que iba directamente hacia las costillas de Maki. Activé el infinito y la mano de Sukuna se quedó a centímetros de mi cuerpo.

—Resististe bien —le dije a mi amiga—. Nunca había visto que usaras el Black flash.

—Natsuki...

Entre rituales | Megumi FushiguroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora