Entre rituales | Megumi Fushiguro

Capítulo 18

Al día siguiente, Megumi y los chicos fueron a una misión aparte, yo tuve que quedarme a entrenar con Gojo.

—Adelante.

Comencé a atacarlo en combate cuerpo a cuerpo, con diversos movimientos que me había enseñado y algunas variaciones que yo les hice.

—Lanza azul.

Asentí y me preparé.

—Ritual maldito amplificador, azul.

El suelo que estaba sobre nosotros se desprendió y lo detuvo con rojo cuando estuvo a punto de golpearlo.

—Ahora rojo.

—Ritual maldito inverso, rojo.

Usar las técnicas de forma consecutiva era agotador, pero después de reponer mi energía con los rituales inversos, era más sencillo mantenerme en forma en alguna batalla.

—Extensión de dominio —pidió—. Yo no expandiré el mío.

—Entendido.

—Extensión de dominio, vacío infinito.

Y nos quedamos ahí dentro un buen rato hasta que ambos repusimos energía maldita.

—Has mejorado mucho —me dijo—. También te noto más feliz y tranquila.

—Me siento bien —concedí.

—Megumi y los demás te han hecho bien.

Sonreí al escuchar su nombre.

Desactivé mi dominio y en ese momento me entró una llamada.

—¿Nobara? —pregunté extrañada—. ¿Qué pasa? ¿Están bien?

—Nosotros sí, pero Fushiguro se ve un poco alterado.

—¿Qué sucedió?

—Investigábamos una maldición y al parecer mencionaron a su hermana mayor —explicó—. Él dice que está bien, pero creí que te gustaría saberlo.

—De acuerdo, iré para allá —le dije—. Gracias.

Y colgué.

—¿Puedo...?

—No necesitas pedirlo —se adelantó Gojo—. Ve con cuidado.

Fui corriendo a mi habitación para cambiarme y salí volando para encontrarme con mis amigos

A ver... estaban cerca de un canal o algo así... ¿o era una escuela?

Vi la ubicación y llegué tan rápido como pude.

—¡Por aquí Natsuki!

Fui a reunirme con mis amigos.

—¿Y Megumi?

—Con Itadori.

Me acerqué lentamente y lo tomé de la mano.

—¿Megumi? —pregunté—. ¿Qué pasa?

—Pensé que estabas... entrenando con el profesor Gojo —dijo en voz baja.

—Terminé antes, ¿escuchaste algo sobre la señorita Tsumiki?

—Dijeron que... estaba bajo ese puente maldito...

—Está bien, tranquilo —le dije—. Cálmate.

—Solo... necesito un segundo...

Me senté a su lado y dejé que recargara su cabeza en mi hombro hasta que se calmara.

—Podemos poner guardias si quieres —propuse—. Llamaré a Ijichi y pondremos guardias.

Sabía que Megumi no les había dicho a Yuji y Nobara que su hermana estaba en coma, por lo que debía cuidar mis palabras hasta que él estuviera listo para contarlo.