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Charles estaba molesto, demasiado molesto. Él no era de gritar mucho en las discusiones que tenía con su novia pero no pudo contenerse y explotó, todo lo que tenía guardado lo expresó molesto al grado de decir malas palabras.
—¡¿Y cuando demonios tendrás tiempo para mi?! — le gritó —¡¿Cuándo?!, te pasas todo el maldito día en ese hospital trabajando ¿y yo?, ¿dónde quedo yo, Amelie? — su voz se cortó —Hay tantas cosas que siento y una de ellas es que ya no quieres estar conmigo, todo es el trabajo y ha sido así estos meses.
—Charles, debes entenderme que debo trabajar ¿si?, no puedo simplemente salirme del hospital porque si de repente llega alguien para una cirugía de emergencia tengo que hacerla, no puedo dejar sola a esa persona.
—¿Pero a mi si puedes?, hay más médicos ahí no solo tú, todo se está yendo a la mierda, ya no pasamos tiempo juntos y ahora me sales que no podrás estar en nuestra cena de aniversario — se acercó a ella —Cumplimos cuatro años de novios, ya no salimos a ningún lado mucho menos viajamos, incluso ya no salimos solo a caminar tomados de la mano.
Amelie sintió su pecho apretarse al escuchar a su novio y ver sus ojos aguados por la discusión de varios minutos que llevaban, la monegasca limpió sus lágrimas pero Charles no quitaba la mirada de ella que sólo reflejaba molestia.
—Deno trabajar — le repitió de nuevo —Desafortunadamente no puedo darme el lujo de faltar los días que quiera o salirme temprano, estar en ese hospital es un obra que no puedo dejar — agarró su cara con sus manos —Pero te prometo que trataré de llegar a la cena ¿si?
Él negó y se soltó de su agarre.
—¿Ya no me amas? ¿es eso? — Amelie lo miró sin poder creer esa pregunta que él le estaba haciendo —¿Dejé de gustarte?, antes siempre estábamos juntos la mayor parte del tiempo, ahora ya no vas a mis carreras — la miró dolido —¿Sigues enamorada de mi?
—¿Cómo puedes preguntarme eso Charles?, eres el amor de mi vida el hombre con el cual me casaré y el hombre del cuál estoy enamorada y amo— le enseñó el anillo que él le dió —Pero ese trabajo es el sustento para mi familia, estudié muchos años y me hacía en pedazos para mantener un buen promedio, solo te pido un poco de tiempo mientras me organizo.
Leclerc se sentó en la cama mirando el piso, jugó con sus pulseras y soltó un suspiro para mirarla.
—Prométeme que vas a llegar a nuestra cena — le pidió —Prometemelo.
Ella sabía que había una probabilidad de que faltaría a esa cena, siempre que iba a salir temprano para ir con Charles se presentaba alguna emergencia. Lo miró a los ojos y sintió un nudo en su garganta al ver esos ojos verdes algo rojos, así que optó por prometerlo.
—Lo prometo cariño, ahí estaré.
El piloto sonrió levemente y asintió con su cabeza, no la estaba chantajeando pero quería asegurarse de que ella llegaría. Ya lo había dejado varias veces plantado con la cena lista o simplemente con todas las cosas en la sala de cine.
