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Carlos terminó de comprobar que Ester lo engañaba, tantas sospechas en los últimos meses y con llegar a su apartamento después de una carrera lo comprobó, sintió tanta repugnancia y tanta furia al saber que lo tuvo ahí en su cama. Él había encontrado una camisa debajo de la cama cuando buscaba el control de la televisión, la camisa no era de él y tenía labial, olía a un perfume que claramente no era de él. Ester no tenía hermanos para que pensara que quizás era de ellos y lo terminó de comprobar esa noche, estaba dolido y demasiado molesto así que le daría fin a todo pero lo haría a su modo.
Habían quedado de tener una cena en su apartamento y la estaba esperando, la mesa estaba lista así que entró al baño y se puso la camisa que había encontrado, le quedaba a su medida y cuando se miró en el espejo solo apretó su mandíbula, no lloró, no gritó, claro que sentía tristeza pero sentía más decepción.
La española entró al apartamento encontrando velas por toda la casa, la mesa lista con copas y vino pero a un lado de las sillas estaba Carlos, luciendo aquella camisa azul.
—Hola mi amor — la saludó y Ester lo miró fijamente pero su atención se la llevó su camisa —Oh, ¿te gusta mi nueva camisa?, aunque realmente creo que la devolveré — se acercó a ella quien no decía nada —Tiene una mancha de labilal y huele a perfume barato ¿tú reconoces el olor, cielo?
No respondió y cuando quiso acerlo tartamudeó.
—¿Creíste que nunca me iba a enterar?
—Carlos... yo...
—Todo este tiempo fui tan idiota por no aceptar la realidad pero creí que eras una mujer diferente, la mujer con la cual pasaría el resto de mi vida pero ahora solo con verte siento tanto desagrado — acarició su mejilla —Vete a la mierda tú y ese maldito, puedes quedarte con este apartamento porque al saber que estuviste en mi cama con él me da asco.
Se alejó de la chica quien tenía sus ojos llorosos, se quitó la camisa y se puso una playera para luego aventarle la prenda que no le pertenecía.
—Puedo explicarlo, te prometo que no lo volveré a hacer, no significó nada por favor perdóname amor yo...
—No me interesa Ester, porque tiraste todo a la mierda, te amé pero me amo más ami y tengo dignidad por eso esto se acabó — agarró su cartera y su celular —Por cierto, puedes invitarlo y celebrar porque la cena está lista, la cama está tendida y hay un paquete de condones en mi buró — caminó para salir a la puerta pero se detuvo —Nunca vuelvas a buscarme, adiós Ester.
Y salió del apartamento dejando completamente en shok a la chica quien cuando reaccionó salió detrás de él gritandolo pero el piloto apresuró su paso para salir del edificio y caminar por las calles de Madrid, el viento pegó en su rostro y solo se puso su gorra que agarró al salir y no miró atrás, lo seguía llamando pero cruzó la calle y se perdió entre todas las personas. Una pequeña lágrima escurrió por su mejilla y la limpió, esa relación hania terminado.
