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Amelie junto con su familia entraron a la lujosa casa de los Stroll, no era novedad que esa familia eran una de las más ricas y gracias a la buena posición que los Russo tenían podían tener una amistad con ellos. Claire al verlos sonrió ampliamente y se levantó de su lugar junto con su esposo para saludarlos, la madre de la rubia saludó a la mujer mientras que ella se quedó un poco atrás.
—Hola cariño — la saludó la señora Stroll —Pero mírate, cada día más hermosa.
—Muchas gracias.
Lawrence se acercó para saludarla y escuchó como alguien bajaba las escaleras y ese era Lance, al verlo solo giró los ojos a lo que el piloto hizo una mueca, no era sorpresa que esos dos no se llevaban nada bien y es que era así desde que eran unos adolescentes.
—Buenas noches — saludó —Señor Russo, señora Russo me da gusto verlos de nuevo.
—El gusto es nuestro hijo, creo que ahora si ya todos estamos completos ¿Lawrence pasamos al comedor?
—Claro que si Jacob, vamos.
Los mayores se fueron directo al comedor dejando a los dos jóvenes solos, el canadiense se acercó a la chica por detrás y sonrió.
—¿No piensas saludarme linda?
Se alejó de él para darse la vuelta y mirarlo.
—¿Saludarte?, tú no mereces ni los buenos días — sonrió falsamente —¿Qué haces aquí, no se supone que debes de estar en la pista?, oh ya veo, ¿a caso tu papi ya te corrió?, créeme que se tardó mucho.
—Estoy en descanso porque yo si trabajo, no como tú que no haces nada.
—No necesito hacer nada — miró sus uñas —Pagan todo por mi.
—Mantenida.
—Lo soy y con orgullo — se acercó a él poniéndolo algo nervioso —Prefiero ser una mantenida que dar pena en mi trabajo, así que en fin Stroll, ahora quitate que vine a cenar con tu familia y desearía no verte.
—Pues eso es imposible, esta es mi casa y aunque no te guste me tendrás que ver gran parte de la noche aunque por mi no hay problema.
Giró los ojos y pasó a un lado de él para llegar hasta el comedor dejando con una sonrisa al piloto quien fue en la misma dirección de ella. Ambos se sentaron y escucharon la conversación que sus padres tenían, la canadiense no quería estar ahí pero sus padres prácticamente la habían obligado porque según ellos tenían algo importante que decirle en esa cena, no tenía ni la menor idea de que era.
—Tú madre nos dijo que estabas de vacaciones Amelie.
—Así es señora Stroll, pero tuve que concluirlas porque mi madre me dijo que tenía que volver para algo importante pero hasta ahorita no me ha dicho nada.
