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—¿Y bien?

Hyunjin se estira en el pequeño sofá de la habitación de Jisung. Ha pasado casi una semana desde que fue a la planta y necesita respuestas. Principalmente porque es muy impaciente.

—Eres tan molesto a veces. —Suspira el omega, dándole una carpeta.

—Así me quieres.

—Sí, lo que digas. Por eso Minho no te soporta.

—¡Hey! —Hace un puchero que solo molesta al omega—. Eso fue un golpe bajo.

Jisung le lanza una almohada y Hyunjin se ríe, abriendo la carpeta.

—¿Qué te dijo?

—Básicamente, Eve y Zanzor quebraron y se disolvieron oficialmente.

—¿Y extra oficialmente?

—Extraoficialmente, desviaron los fondos a otras tres empresas cuyo dueño es el señor Park, amigo de tu padre. Dos de estas, siguen siendo proveedoras y la tercera... —hace una pausa dramática para acercarse al alfa y bajar el tono de voz— compró la bodega oeste.

—¿La que cerraron?

—Esa mismo. Según los informes, el terreno no era propiedad de Hwang & Lee, solo era el fiduciario de otra empresa, que también compró Park hace un año. 

—¿Entonces Park es dueño de la bodega oeste y de otras dos empresas que son proveedores?

Jisung asiente.

—Lo extraño es que Eve y Zanzor estaban en su mejor momento. ¿Por qué renunciar a ello y entregarle todo a Hanbin Park? —Jisung se acuesta mirando al techo mientras habla—. Es como si tu padre, de la nada, decidiera vender todas sus acciones y retirarse. 

—Cada vez entiendo menos.

—Falta más. —Le dice levantándose de la cama para sentarse en el sofá, ante la atenta mirada del alfa.

—¿Qué pasa?

—La bodega oeste no está abandonada como las empresas que encontraste. —Jisung baja la voz cuando continúa—. Los vecinos dicen que hay movimiento cada noche. Camiones entran y salen, personas vienen y van. Pero en plena luz del día, parece un desierto.

—La bodega... ¿está cerca de la empresa de Hanbin Park?

—Sí.

—Tenemos que entrar a esa bodega.

—¿Tenemos? —Jisung alza una ceja y mira al alfa como si hubiera dicho una estupidez—. No, tú te quedarás sentado en tu oficina rabiando con Minho y nos dejarás esto a nosotros.

—No voy a hacer eso.

—No eres un héroe, Hyunjin. —Toma la carpeta, obligándolo a mirarle—. Ya has hecho bastante, no te expongas de esa manera. Te consiguieron un perdón porque eres hijo del alcalde, pero si te atrapa el ejército no podrá hacer nada.

—No voy a dejarlos solos. —Hyunjin le sostiene la mirada tratando de convencerlo.

Jisung sonríe por la determinación de su amigo. Normalmente le parece molesto lo terco que puede ser, pero su preocupación es genuina.

—No estamos solos. Te sorprenderías de la cantidad de personas que están con nosotros.

—No sé nada últimamente. —Se queja.

Jisung lo mira por un momento debatiendo mentalmente sobre algo. Suspira y finalmente dice:—Es mejor así.

Hyunjin no protesta porque sabe tiene razón.

Atlas -  HyunhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora