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Abre los ojos y está de vuelta en su antigua habitación en casa de sus padres. Es enorme en comparación con la de su departamento.

El beige debería transmitir calidez pero Minho nunca se ha sentido tan frío. Su madre entra con la solemnidad que tanto solía admirar desde niño.

—Es hora, Minho. —Su voz es amortiguada por el miedo del joven.

Se siente avergonzado por tener miedo. Debería sentirse honrado, debería sentirse digno de tener una segunda oportunidad.

Mira a su madre y asiente, imitando la seriedad de la mujer, escondiendo su miedo en lo profundo de su mente. Se dice a sí mismo que ya se enfrentó a la muerte una vez, esto no será nada.

Marissa sale esperando que la siga y eso hace.

Abandona la mansión Lee en silencio, y antes de subir al vehículo negro que espera por él, toma el contenido del frasco que le da su madre. Respira tres veces y se desvanece a sus pies.

Cuando despierta una segunda vez, está en la arena.

Sus primos y cinco de los alfas que trabajan para el Clan están de pie frente a él en la jaula de arena. El resto del Clan observa el espectáculo desde sus cómodos asientos.

Minho alza la mirada y observa a su madre, un témpano de hielo hubiera sido más cálido que la mirada que recibe de regreso. Su padre esquiva la mirada, una lágrima silenciosa es lo único que revela su preocupación.

—Un beta no nos sirve, Minho. —Le escupe Ten, su primo mayor, con una sonrisa engreída—. No lo tomes personal, yo merezco ese lugar más que tú.

Ten es el hijo menor de una de las hermanas de Marissa. Sin Minho, el liderazgo del Clan estaría en sus manos. Además, a Ten nunca le agradó Minho. Lo que sucediera, definitivamente sería personal.

Después de la prueba en el bosque, Minho probó que merecía ser parte del Clan, pero nunca se presentó como alfa.

En la arena, debía probar que merecía ser el líder.

Ten y todos los otros miembros alfas, están dispuestos a probar lo contrario.

Dieciséis años son suficientes para defenderse.

Su beta aparece de nuevo, como lo hizo en el bosque durante la noche más fría del año. Sus ojos resplandecen en dorado para enfrentar el carmesí de los alfas.

Siente la sangre bombeando desde su corazón y recorriendo sus venas, escucha la respiración de todos los presentes. Siente el aroma de alfas y de algunos omegas. Los alfas están ansiosos por despedazarlo.

Están armados y dispuestos a cortar su garganta. Y su madre no impedirá que lo hagan.

Un beta debe ganarse su lugar.

Sería una noche larga.

Ten es dos años mayor que Minho, y está muy enojado con Minho. Se abalanza sobre el encorvado beta, esperando acabarlo con un solo corte. Ten es un muchacho demasiado confiado y él, al igual que el resto del Clan, han subestimado a Minho sin tener en cuenta que beta o no, fue entrenado como alfa desde que aprendió a caminar.

Minho detiene su brazo y con un rápido movimiento lo tuerce, haciendo que suelte el cuchillo. Ha sido rápido, sin darle tiempo a reaccionar o defenderse, toma el arma de Ten, la clava en su estómago y gira, haciéndolo gritar. El resto de guardias saltan a defender al alfa, Minho empuña el mismo cuchillo cuando lucha contra ellos, que tienen la decencia —o más bien orden—, de atacarlo uno por uno y no en grupo.

No recuerda mucho de esa noche, solo recuerda sentarse sobre un charco de sangre que no sabe si era suya, y mirar los ojos sin vida de su primo. Recuerda a su tío gritando colérico desde el público, recuerda haberlo visto tomando el arma de uno de sus guardaespaldas y disparar contra él.

Atlas -  HyunhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora