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TW: este capítulo contiene escenas de violencia y una leve mención de sangre y asesinato. Si son sensibles, léanlo con cuidado.

Minho deja su lugar en el árbol cuando S.Coups sube. Se acerca a Ingrid quien le da sus provisiones. Mientras se apresuran para despejar el campamento, Minho observa a Hyunjin y Chan conversar como hicieron antes de enfrentarse a la quimera.

—Vamos. —Gesticula Ingrid y el grupo asiente, emprendiendo la marcha hacia el camino al que se dirige la caravana.

Se escabullen entre la maleza y Minho siente a su beta gruñir. No tiene que verse para saber que sus ojos lucen dorados en la oscuridad. Escanea los alrededores en busca de amenazas, mientras Changbin y S.Coups patrullan las alturas, Chan lidera al grupo y Hyunjin se queda en la retaguardia. Los cuatro pares de ojos son un brillante carmesí.

El sonido de los motores se aproxima y la sensación de peligro se asienta en el pecho de Minho. No debería sentirse asustado por otros humanos, pero sus instintos nunca fallan, al menos no cuando su vida corre peligro.

Cinco camiones militares y una camioneta avanzan por la arena hasta la vegetación. El grupo apresura el paso para seguirlos de cerca sin ser vistos, pero su camino se ve interrumpido por una enorme araña, que tienen que rodear. No están en condiciones de pelear con ninguna criatura, o de pelear siquiera.

La caravana se dirige hacia el nido de la araña, pasando muy cerca de ella. El gran animal salta al camino pero ellos no se detienen, en su lugar la araña se retuerce unos minutos y se mueve lejos del camino, ante la mirada perpleja del grupo.

—Sí los están controlando. —Murmura Minho cerca de Ingrid quien asiente con rostro serio.

Continúan con paso presuroso para no perder de vista los camiones. Un par de ramas rasguñan la piel de Minho, pero la adrenalina evita que sienta dolor. Además, considerando todo lo que ha pasado hasta ahora, no es nada.

Corren entre los árboles por lo que parecen horas, hasta que la caravana se detiene en medio del camino. El grupo observa como el copiloto de la camioneta se baja e inspecciona los camiones y vuelve a subir.

La camioneta avanza hacia una enorme cueva y desaparece frente a sus ojos, los camiones la siguen detrás.

La tensión abandona ligeramente al grupo, cuando Chan los reúne nuevamente.

—¿Es el campo, Ingrid?

La beta asiente.

—La mayor actividad electromagnética está aquí, debe ser una especie de barrera. —Dice la beta con señas.

—¿Cómo entramos? —Pregunta Minho, conociendo un poco más el plan del grupo.

—Tú no irás. —Dice Hyunjin a su lado.

Minho lo mira con la ceja levantada, casi incrédulo de lo que acaba de decir.

—No te estoy preguntando a ti. —Dice con voz monótona tratando de esconder su disgusto, pero Hyunjin lo conoce bien.

—Es peligroso, beta. —Se justifica el alfa.

—Estar aquí también lo es, no voy a esperar como una damisela, Hyunjin.

—Prefiero que estés lejos de la guardia.

—No me importa lo que prefieras tú. —Se gira, mirándolo a los ojos, el dorado nunca abandona su mirada—. No decidí venir hasta aquí, que no se te olvide eso. —Lo encara y aunque el aroma lo calma ligeramente, Minho todavía conserva orgullo—. Decidir qué haré a partir de aquí, es mi problema, no tuyo, Hwang.

Si las palabras de Minho afectaron al alfa, no lo demuestra. No dice nada y observa a Chan, quien todavía incómodo por la discusión, se aclara la garganta y repasa lo que harán.

Atlas -  HyunhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora