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La noche cae una vez más, pero continúan avanzando hasta donde sus cuerpos resistan. Minho se sigue preguntando qué es lo que buscan, y al mismo tiempo no sabe si quiere saberlo. 

Luego de la pequeña pelea con la omega —K, según Hyunjin—, el grupo susurra entre ellos, manteniéndolo al margen. Durante la caminata, cuando sin querer se ha acercado a la omega, ésta lo ha empujado provocando que cayera de las dunas un par de veces. Sin embargo, ignora sus instintos de desgarrarle la garganta y solo se levanta y continúa con su camino, fingiendo que se ha tropezado. No quiere gastar energía peleando con una mocosa, pero si lo hace una vez más, está seguro de que la arrastrará hasta el fondo con él.

Ha estado en silencio gran parte de su travesía, pensando en lo que dejó en Atlas: la empresa, su hermano, su amigo, su madre y todo aquello por lo que luchó durante años. No sabe si volverá a verlos, no sabe siquiera si sobrevivirá la noche. 

Mira las estrellas. Se toma el tiempo de reconocerlas como antes no ha hecho. En Atlas es difícil apreciar el cielo con su estilo de vida y todas las luces artificiales cegándolo. Y aunque hubiera podido hacerlo más seguido, nada se compara con la vista que del cielo en el desierto. 

—¿Te gusta la vista? —Le pregunta Changbin, a su lado.

Minho lo mira y repara que se ha quedado atrás nuevamente. Hyunjin no está muy lejos, pero duda en acercarse después de su conversación de la tarde.

—Si voy a morir hoy, estaría feliz de hacerlo con esta vista. —Se encoge de hombros el beta.

—Concuerdo. —Asiente Changbin con solemnidad—. Pero no morirás, a no ser que sigas caminando como una tortuga.

—Qué lástima. —Bromea Minho haciendo un puchero. Piensa que es muy impropio de él actuar de esa manera con otras personas que no fueran Seungmin, en especial alfas. Pero lejos de los muros de Medis, muy pocas cosas le importan ya—. Aquí sería una buena tumba.

—¿Siempre eres tan pesimista?

—No, solamente cuando un alfa me secuestra y me trae a un desierto a buscar dios sabrá qué. —Se encoge de hombros mirando la espalda de Hyunjin, sabe que lo ha escuchado—. Ya sabes, lo usual.

Changbin no puede evitar reírse tan fuerte que llama la atención del grupo, pero rápidamente lo ignoran con sonrisas, al parecer acostumbrados.

—Me caes bien, Minho.

—Me caes bien, Changbin. —Concede el beta.

Continúan caminando con un ambiente más ligero. Minho lo mira caminar y nota que su cojera no es muy evidente en la arena.

—¿Cómo está?

—¿Mhm? ¿Qué cosa?

—Tu pierna. —Señala el beta—. Sé que pasó un tiempo y seguro la suturaron, pero no sé si esta excursión sea buena para tu recuperación.

—Chan dijo lo mismo, pero quise venir. —Dice con el ceño fruncido, quizá recordando una conversación incómoda al respecto—. Pero no te preocupes, estoy bien. Tengo suficiente morfina.

—Que no sientas dolor no significa que esté en perfectas condiciones, ¿sabes? —Changbin lo mira con la misma expresión que antes y Minho se encoge de hombros—. Es tu pierna y tu decisión, pero sí deberías cambiar esa venda. Se ha movido y si la herida se abre de casualidad, la arena entrará y se infectará. 

—¿Seguro solo eres pesimista cuando te secuestran?

—Soy realista, Changbin. Puedes curarte más rápido porque eres un alfa, pero cualquiera que haya recibido una bala en la pierna necesita reposo. —El beta suspira mirando las estrellas con ojos entrecerrados—. Si planeaban estar acá tanto tiempo, debieron traer camellos. Avanzaríamos más rápido y podrías descansar tu pierna.

Atlas -  HyunhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora