Partido (s).

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Miró a través del espejo la camiseta de River que descansaba en la cama de dos plazas que compartía con el alfa, la duda de ponérsela o no, no lo dejaba tranquilo. Enzo se lo había pedido antes de ir a concentrar un día atrás y luego esa misma mañana se lo recordó en los pocos mensajes que se enviaron.

Hoy era sábado. Hoy era el partido que definiría si River salía campeón de la liga.

Sabía que era un día importante para su pareja y que deseaba tanto que llevara aquellas remera de rojo y blanco con aquel número estampado. Pero la vergüenza le ganaba, además tenía entendido que si ganaban iban a poder entrar a la cancha a saludarlos y él no quería que se levantaran rumores.

Había decidió no tomar un inhibidor. Su estómago no había mejorado, las náuseas seguían igual, hubo un día en el que no consumió absolutamente nada pero al final terminó con la cara en el inodoro. No quería que aquella pastilla terminara por ponerlo peor.

Enzo estaba bastante preocupado, le había dicho varias veces para ir al médico pero él estaba completamente negado.

Siempre se enfermaba de aquella manera. Era muy sensible a la hora de comer ya que las probabilidades de que algo le caiga mal eran muy elevadas pero aún así, esta era la primera vez que le duraba tantos días y también en la que tenía mareos.

Su celular sonó así que suponía que era Paulo, quien lo pasaría a buscar. Arrugó su nariz, dándose la vuelta para tomar la prenda deportiva entre sus manos. Eligió no ponérsela. Las veces que había ido a ver a su alfa no se la había puesto así que ese día no rompería la cábala.

Seguramente cuando Enzo, lo vea se lo reclamaría.

Tomó su teléfono tecleando una respuesta rápida para su amigo. Antes de salir dio una última mirada a la habitación, la dejó espléndida. Esa mañana se había dado el gusto de limpiar todo, dormir solo esa noche se sintió horrible. Nunca había extrañado tanto al alfa, su cuerpo cálido abrazándolo.

Por lo que sabía luego de aquel partido iba a tener algunas semanas de vacaciones así que por el momento no iba a dormir solo. Aunque, admitía que extrañaba demasiado su cama, su cuarto y sus cosas.

No había contestado el mensaje de su hermano pidiéndole para charlar. Seguramente éste también estaría hoy en la cancha, no sabía que sería de él al verlo. La situación lo tenía muy sensible, nunca había imaginado a ellos en aquella situación, haciéndose daño y distanciándose.

Pero creía que podría superarlo y volvería a entablar su relación, esperaba que fuera así. Solo necesitaba un poco de tiempo para sanar su tan dañado corazón.

Bajo las escaleras a pasos rápidos. Tomó las llaves que Enzo, le había dado unos días atrás y salió del departamento. Se dirigió hasta el ascensor, suspirando por la boca al sentir el frío pasar apenas por el buzo que llevaba puesto. Subió a la caja metálica y revisó un poco su teléfono mientras descendía a planta baja.

Las puertas se abrieron y al salir del edificio vio el auto de Paulo, trotó hasta éste y subió en la parte de atrás al notar que Joaquin iba de copiloto. Sabía que su amigo iba a ir pero no estaba al tanto que iría con el beta.

"¿Cómo estás, Ju?." Preguntó Paulo. Dándole marcha al auto.

Julián sonrió. Estirando su mano para chocarla con la de Joaquin, el alfa le había regalado una sonrisa.

"Bien, nervioso. Parece que Enzo, está igual y eso me pone peor." Explicó. Se había levantado con el estómago revuelto y  el corazón latiendo sin frenesí a causa de los nervios. Era su alfa quien estaba así y el trató de mantenerse lo más relajó posible para ayudarlo.

Crimen. / AU Julian X EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora