Nuevo comienzo.

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Capítulo sin corregir.









Sus pasos eran rápidos pero precisos.

El sol de la ciudad de Doha, pegaba con fuerza en su frente haciendo que su piel comenzara a transpirar. Quería gritar de frustración, pero no podía hacerlo con su bebé en sus brazos quien estaba de mal humor por ser interrumpido en su siesta.

Estaban llegan tarde a la visita de aquel domingo.

Tenía entendido que todos ya se encontraban ahí y solo faltaban ellos dos. Cuando la llamada de Paulo lo despertó supo que estaba tarde, muy. Ni siquiera se había duchado así que le dijo al beta que vaya tranquilo junto con la familia Fernández y él iría unos minutos tarde.

Unos cuarenta minutos tarde.

Para su suerte pasó los controles sin problemas y le dieron su credencial con rapidez. Por su pasada por el patio de aquella universidad notó que habían bastante jugadores con sus familias disfrutando de la tarde. La energía era demasiado distinta que la visita anterior.

Había mucho alivio y sobre todo esperanzas.

Cruzó la puerta de cristal con un poco de dificultad. Batallando de que no se le caiga su hijo en brazos que estaba escondido en su cuello sin intenciones de querer salir y en su hombro izquierdo posaba la pequeña mochila del menor.

Se habían acostado tarde la noche anterior luego de salir a cenar en forma de festejo. Querían compartir un poco la felicidad que les había regalado el partido, las ilusiones que se crearon y que eran imposibles de derribar. Julián estaba completamente confiado con el equipo y sobre todo con su alfa.

Aquel maldito que le había dedico el gol y encima tenía el descaro de contarlo en la televisión adelante de millones de personas.

No estuvo sorprendido ante el revuelo que había tenido la revelación. Si entraba a Twitter ahora el nombre de Enzo todavía seguiría en tendencia. No quiso leer mucho las opiniones por que no quería retroceder al pasado, hacerlo era sacar de la caja las inseguridades que lo habían llevado a tomar aquella decisión.

Pero cuando estuvo a solas en su habitación con Mateo pegado a su pecho descansando luego de un día agotador, la curiosidad lo terminó matando.

Encontró muchas opiniones algunas muy buenas, felicitando al alfa y agradeciéndole por su gran trabajo en el partido. Pero también hubieron malas, muy malas. Muchas omegas maldiciendo su persona y las peores sin dudas eran las que se lo deseaban a su bebé, hasta diciendo qué tal vez no era de Enzo y que se había hecho cargo por lastima.

Julián sintió mucha bronca en aquel momento aguantándose las ganas de contestarles y decirle que se lavaran la boca antes de hablar de aquella manera de su hijo. Pero se tragó su odio, por que no podía hacer aquello públicamente así como así. Por eso sin dudas quería tener un perfil bajo, no quería que nadie tuviera más información de la que debería sobre ellos.

Sabía que si pedía que nadie supiera de ellos era imposible aún más si iba a estar junto a Enzo.

Quitando aquello estaba bastante feliz. No solo por la dedicatoria y el partido ganado si no por Enzo, quien había jugado como nadie, demostrando una vez más que merecía estar donde estaba. Su pecho se llenaba de orgullo cada vez que lo veía jugar y recibiendo los halagos que merecía.

Dando una mirada rápida por aquel zoom encontró a la familia reunida en una esquina, el mismo lugar donde estuvieron la otra vez.

Su sonrisa fue desvaneciendo mientras se acercaba, notando que había una persona de más en aquella ronda. Un pelo rubio que venía atormentando sus últimos dos días.

Crimen. / AU Julian X EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora