Suspiró por milésima vez en esa noche.Las puertas metálicas se cerraron detrás suyo, aquel vértigo que lo inundaba cada vez que el ascensor subía lo hizo estremecer. No tardó en apoyar su cabeza en la pared metálica, el frío material impactando en su piel. Aún así eso no lograba distraerlo, ni mucho menos bajar un poco sus nervios.
Estaba subiendo al piso de Enzo.
Todavía no caía que estaba ahí. Ni mucho menos que se haya dejado llevar por el impulso de venir, todo había sido demasiado rápido. Enzo revelando que sabía sobre él, lo había tomado tan de sorpresa, esperaba que le dijera cualquier cosa menos eso. Según él había sido tan cuidadoso desde el día uno que todavía no lograba entender en qué momento lo descubrió.
Y eso sería una de todas las preguntas que estaba preparando en todo el transcurso del viaje. Viaje qué, fue con un poco de temor ya que eran casi más doce de la noche y nunca había viajado solo a esas horas. Pero por primera vez tuvo un poco de suerte en tanto tiempo y su conductor fue un beta, lo cual hizo que fuera un poco más tranquilo.
Aún así trato de esconder sus emociones por que su aroma estaba al cien por ciento. Ese día no había tomado un inhibidor y aunque antes de salir pensó en tomarlo, decidió que lo mejor no era así. Era un poco tortuoso para Enzo, y ya lo había hecho sufrir bastante.
Aunque le hubiera gustado hacerlo solo para molestarlo. Y de solo imaginar a Enzo, pegado a su cuello solo para buscar su aroma hacía que el calor subiera por sus pies para luego inundar todo su cuerpo.
Las puertas se abriendo sacándolo de sus pensamientos casi con brusquedad. Su vista se perdió en el pasillo oscuro y la idea de apretar el botón para ir a planta baja pasó por su mente.
Pero antes de que pueda hacerlo su cuerpo reaccionó por si solo, dejando atrás aquel sentimiento de cobardía que lo había visitado para intimidarlo. Lleno de aire sus pulmones, sintiéndose tan extraño. Aquello lo era, estar en la casa de Enzo a esas horas era casi un chiste para él.
Era todo lo que desde el día uno quiso evitar. Pero en ese momento quería dejarse llevar, estaba en la orilla del mar y se dejaría arrastrar hasta donde aguante, ignorando el hecho de que podría morir ahogado o no.
Tenía la esperanza de que esta vez sería distinto.
No supo si tocar o mandarle un mensaje a Enzo, pero optó por la primera opción. Su puño golpeó contra la puerta, su corazón se aceleraba mientras transcurrían los segundos. Literalmente lo sentía en su garganta junto con los nervios instalados en su estómago haciéndolo doler.
Llevo la vista a sus pies por qué en ese momento era lo más interesante. La puerta se abrió no supo si fue casi a los segundos o tardó más. Tampoco fue consciente cuando aquellos brazos lo arrastraron hacia adentro, siendo envuelto por aquel aroma que lo golpeó con fuerza casi haciéndolo marear, que si no fuera por el agarre en su cintura seguramente iba a estar desplomado sobre el suelo helado.
"Hola." La voz ronca de Enzo, lo hizo bajar de su nube.
Escondió su rostro en el pecho desnudo del más alto, inundándose de su aroma aquel que en ese momento era como el sol después de llover. Sus mejillas tomando color al darse cuenta de lo que está haciendo. Tomó un poco de valor para separarse y buscar aquellos ojos, que al encontrarlos brillaban casi igual que las estrellas en aquella noche despejada.
El sollozo que se escapó de sus labios los tomó de sorpresa a los dos. Tal vez era el hecho de sentirse tan contenido y a gusto en aquellos brazos que podía largar todo esos sentimientos que había estado reprimiendo desde el día que encontró a su alma gemela.
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Crimen. / AU Julian X Enzo
Random"¿Qué otra cosa puedo hacer? Si no olvido, moriré Y otro crimen quedará Otro crimen quedará Sin resolver." AU omegaverse.