¿Sorpresa?.

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"Mateo, hola hermoso." Paulo se inclinó para susúrrale en el oído.

Su hijo ni siquiera se volteó. Soltó un quejido disgustado, tratando de esconderse aún más en el pecho de su mamá. No estaba del mejor humor.

Julián sonrió, cansado. Para ser su primera vez viajando en avión sumándole que iba con un bebé de nueve meses y fueron casi veintiún horas, fue bastante tranquilo. Su bebé se había portado maso menos bien, ya a las diez horas Mateo no quería saber nada de estar ahí, lloraba todo el tiempo y nada lo entretenía.

Estaba agradecido que fuera en primera clase, tenía el suficiente espacio para poder calmarlo. Además que las azafatas fueron tan atentas y amables. Preguntándole todo el tiempo si necesitaba algo y sobre todo siendo un amor con el pequeño gruñón.

Estaba casi seguro que gran parte del mal humor de Mateo era el estar lejos de su papá. Si bien los primeros días su ausencia fue sostenible los siguientes ya no, su hijo estaba muy pegote y no quería estar con nadie que no fuera él. Los únicos momentos que encontraba la paz era cuando hacían videollamada. Julián no participaba tanto solo dejaba que su bebé prestara atención a lo que el alfa le decía, varias veces le contestaba con balbuceos sacándole sonrisas a los dos padres.

Así lo estaban sobrellevando bastante bien. Si bien estaba ahí por el alfa también lo hacía por su bebé, no importaba las materias que tenía que rendir en unos días más adelante. Sabía que esto era importante para Enzo, y que Mateo esté ahí también lo era. Ya no quería poner más trabas en su relación de padre e hijo.

Y otra parte también él quería mostrarle su apoyo a Enzo. No sabía si era la culpa o qué, aquella necesidad de poder cumplirle y mantenerlo contento. Si bien, en aquellos días las cosas entre ellos cada vez estaban más tensas, todavía había algunas inseguridades volando alrededor de los dos.

No hablaban por videollamada pero los mensajes no faltaban. Muchos más los de Enzo, quien siempre encontraba la oportunidad para tirarle algún chamullo. Julián lo conocía lo suficiente como para ya saber aquella labia que lo había enamorado alguna vez.

La mayoría de las veces se la seguía y otras simplemente lo ignoraba de igual manera no hablaban mucho, el alfa tenía muy poco tiempo libre.

"No esta tan simpático hoy."

Paulo sonrió apenas. Entendiéndolo.

"Es igual a Enzo cuando está de mal humor... solo quiere estar con vos."

Agachó la cabeza al sentir como sus cachetes tomaban color junto con un sentimiento reconfortante que se expandía en su corazón.

"Vamos a ir al hotel primero así se acomodan un poco... tenemos una hora antes de que arranque las visitas." Asintió al oírlo. La verdad es que necesitaba una ducha para relajarse un poco y también tenía que hacer lo mismo con Mateo.

El calor seco se sentía aún con el aire prendido en aquel auto que los había ido a buscar. Si en Argentina estaba haciendo calor esto no era nada comparado. Ni siquiera quería imaginar cuándo era verano ahí.









[🤍]






Julián estaría seguro que se bañaría una y mil veces más en aquella ducha. La lluvia artificial había golpeado su cuerpo con fuerza y el agua tibia fue el toque perfecto. Estaba seguro que nunca había tomado una ducha tan rápida y sobre todo placentera.

Bañar a Mateo si había sido una odisea. Pero como toda madre supo encontrarle la vuelta, para su suerte el baño contaba con una tina y su bebé se relajó bastante con el pequeño baño de burbujas que le dio, su humor mejoró y sobre todo había reído bastante mientras Julián lo aseaba.

Crimen. / AU Julian X EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora