Descuido.

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Dos semanas habían pasado de aquel mensaje.

Dos semanas en la que si la vida de Julián antes era un caos ahora lo era el doble.

Su celo había aparecido el jueves aquel tomándolo por sorpresa tanto a él como a su hermano, no era irregular pero esta vez se había adelantado más de lo normal. Y él sabía exactamente el por qué, era su omega el que se había alterado por un maldito mensaje llevándolo a entrar en aquel calor sofocante.

Para su suerte solo duro un día.

Lisandro le había preguntado si quería que llamara a su novia pero de solo escuchar aquel nombre su omega lo rechazó casi con asco, negado a estar con alguien que no fuera su alfa.

Agradecía a los cielos que Lisandro, lo haya encerrado en su habitación porque iba a morirse si lo escuchaba gemir aquel nombre. Durante esas veinticuatro horas solo había deseado una cosa o más bien a alguien; Enzo.

Enzo tomándolo de maneras diferentes y haciéndolo retorcer de placer. De solo recordar aquellas escenas que habían sido producto de su imaginación su rostro ardía de la vergüenza. Sin dudas eso sería un secreto que se llevaría a la tumba.

Desde aquel día todo había sido tan diferente. Había casi dejado de responder en el grupo que compartían todos y lo peor es que hablaban todo el día, haciendo que su ausencia sea mucho más notable. Hasta paulo le había mandado un mensaje privado preguntándole si todo estaba bien.

No.

Nada lo estaba. Su vida era un caos, necesitaba ver a Enzo con urgencia para calmar la agonía que estaba sufriendo, su relación con celeste estaba más rota de lo que jamás pensó.

Había intentado hablar con ella, quería darle fin aquella mentira que estaba lastimándolos, pero cada vez que intentaba sacar el tema ella lo cambiaba rotundamente o cuando la citaba para verse le inventaba cualquier excusa para cancelarle.

Aún así lo seguía tratando como su novio. Le seguía diciendo que lo amaba. Y Julián no sabía si la omega era masoquista o qué.

Quería terminar con aquello para así tener un peso menos encima. Era horrible pensarlo de esa manera pero era la realidad, ya no daba más. La facultad lo estaba apunto de sacar de quicio, los finales que se avecinaban estaban todos casi en la misma semana y necesitaba aprobar todos para así comenzar las prácticas en los jardines.

Lo cual era uno de sus mayores sueños.

Para su suerte tenia a Alejandro, quien compartía las mismas frustraciones con aquel tema. Los dos casi vivían junto ya que se juntaban a estudiar.

Agradecía que la facultad mantuviera la mayor parte de su tiempo por que así no podía pensar en el alfa. Ni de aquel mensaje que tantas veces había escrito una respuesta y nunca la envió.

Tenía aquella duda de si era Enzo o el estupido de Agustin, quien durante esos días no había parado de mandarle indirectas las veces que hablaba por el grupo. Estaba harto, no tenía ninguna duda de que apenas pueda tenerlo frente a frente le iba a poner un alto aquella especie de obsesión que tenía con él.

Julián quería gritarle en la cara que no le interesaba a el.

Su amigo si, muy en el fondo.

De todas formas ahora no tenía tiempo de pensar en aquello aún sabiendo quienes o más bien quien se encontraba en su sala en ese instante.

Estaba estudiando como un día normal cuando Lisandro apareció en su habitación avisándole que Gonzalo y Enzo, irían a jugar a la play o algo así.

Crimen. / AU Julian X EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora