Ustedes.

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[Nota]

No voy a usar los nombres reales de los padres de Enzo, los cambie porque si.























































"Tu papá ya esta viniendo y yo estoy como un ciruja." Julián le hablo a su bebé quien se encontraba sentado en medio de la cama con su chupete entre sus manitos.

Hace unos minutos lo había terminado de cambiar luego de bañarlo. Su hijo ya estaba limpio y perfumado para recibir a sus abuelos paternos. Mateo lo miró atentamente ante sus palabras claramente sin entender pero de igual forma sonrió, como cada vez que Julián le hablaba.

"Igual... Mami siempre está hermoso ¿No?." Mateo balbuceó en respuesta robándole una sonrisa al omega.

"Pero bueno, es lo qué hay." Se escogió de hombros. Soltando una risita al notar como su hijo lo miraba tan atento como si tratara de comprender lo que estaba diciendo.

Dejo la ropa que iba a ponerse a un lado de la cama bajo la atenta mirada del pequeño ojos negros. Julián no podía negar el cambio drástico que tuvo su hijo después del encuentro con su papá. Luego de levantarse cuando Enzo se fue lo buscó inconscientemente. Quizo llorar de frustración en aquel momento por no poder darle el gusto de estar con el alfa, pero luego de marcarlo con su aroma así se mezclaban con el del morocho, Mateo se relajó.

Durmió toda la noche.

Rasco su ceja con frustración al no encontrar una de las cremas que usaba después del baño. Miró a su hijo de reojo que ahora se había puesto el chupete en la boca, lo vio estirar sus brazos en señal de que quería upa. Cuando se estaba acercando el timbre sonó, haciéndole saber que Enzo ya estaba ahí.

"Ya llegó papá, vamos." Lo alzó rápidamente. Colocándolo en su cintura. Mateo apoyó su cabecita en su hombro.

Soltó un suspiro antes de salir del cuarto. Con los nervios haciéndose presente y aquella extraña angustia en su pecho. Tenía que admitir que no había podido dormir después de lo que sucedió el día anterior. La culpa se instaló en su cuerpo para robarle el sueño y su omega pidiendo a gritos la presencia de su alfa no lo ayudó en nada.

Eran demasiados sentimientos en tan poco tiempo. No podía procesar uno por uno, estaba confundido, angustiado y cansado. Pero tenía que ser fuerte por su bebé, porque todo lo que estaba haciendo era por él, por su bienestar.

Mateo necesitaba crecer junto a su padre independientemente si estaba con Julián o no.

Y él iba a dar lo mejor de sí para que eso suceda. Sabía que tenían que hablar muchas cosas con Enzo, quien obviamente estaba enojado con él y probablemente jamás le perdone lo que hizo, pero tenían una charla pendiente.

Aún así necesitaba demasiado pedirle disculpas como se lo merecía. Sabiendo qué tal vez eso jamás sería suficiente, pero quería intentarlo.

Abrió la puerta con cuidado haciéndose a un lado para que se adentrara. Recién cuando lo hizo, lo vio. Tragó duro al verlo, estaba sencillamente vestido, su pelo se notaba un poco húmedo dándole a entender que se duchó un tiempo atrás, unas pulsera y collar de oro adornaban su cuerpo luciendo espléndidas con aquel color de piel, el cuál seguramente habrá ganado en aquel país cálido. Siempre iba a estar hermoso frente a sus ojos.

Crimen. / AU Julian X EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora