«Lo único que vale la pena en la vida es la belleza y la satisfacción de los sentidos»
Im Jae Beom es un joven que trabaja en una prestigiosa empresa. Es un buen ciudadano, responsable, educado y muy bien parecido.
Es prácticamente perfecto ante los...
Jae Beom trotaba con su rostro sereno para intentar romper su propia marca de resistencia, era una buena noche, fresca y con un ligero viento que no le provocaba sudar demasiado. Sin embargo, un perro golden retriever que aún no parecía adulto se atravesó en su camino, casi haciéndolo tropezar. Se miraron un par de segundos y no pudo evitar sonreír antes de agacharse a acariciarle la cabeza, fue ahí que vio una pelota a sus pies, así que la tomó y la lanzó hacia el césped.
Soltó un suspiro y caminó el resto de su camino hacia una banca que parecía ocupada, aunque al acercarse más se percató de que era Ji Won quien estaba sentado ahí, mirando distraído hacia el frente como un anciano con amnesia y no como el joven energético que solía ser. Maldijo por lo bajo pero no podía seguir ignorando el tema, además, se encontraba muy cansado como para ir a otro sitio, así que no tuvo más remedio que sentarse a su derecha, notando lo mal que se veía en ese momento.
—Hey —El contrario entonces notó su presencia
—Jae Beom. No creí verte por aquí
—Bueno, he estado con demasiado trabajo… aproveché el pequeño tiempo para darme una vuelta
—Claro —Regresó la vista al frente—. Yo también vine a despejarme un poco, pero desde que pasó lo de Hye Ri no he podido dormir bien
—¿Has sabido algo más? No he podido estar pendiente de las noticias —El menor asintió
—Ella jamás se fue de viaje —Jae Beom alzó las cejas—. Revisaron cámaras de seguridad, preguntaron si se había comprado algún boleto y nada. Alguien que tomó su celular envió esos mensajes para tener tiempo —Apretó sus labios, el azabache le puso la mano en el hombro
—No deberías pensar demasiado en eso, no había nada que pudieras hacer —Ji Won le miró, las lágrimas juntándose en sus ojos—. Sólo nos queda esperar a que la policía haga su trabajo
—Trato de convencerme pero es tan difícil
—Lo sé —Le pasó el brazo sobre el hombro en una especie de abrazo—. Ustedes eran más unidos así que no puedo ponerme por completo en tu lugar pero, si quieres podemos ir por algo para que te relajes un poco —El contrario sonrió débilmente
—Muchas gracias, hyung, pero no quisiera quitarte tiempo. Debes estar muy ocupado y… yo también tengo cosas que hacer
—¿Seguro?
—Sí, no te preocupes
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Soltó un largo suspiro y cerró su cuaderno, luego recargó su espalda en la silla mientras jugueteaba con la pluma entre sus dedos, mirando algún punto en el techo. Se había dado una ducha caliente, leyó algunas páginas de un libro y bebió vino, sin embargo, no lograba relajarse por completo. Usualmente fumar un cigarrillo en el balcón lo ayudaba a despejar su mente, pero incluso al recordar que casi enfrente se encontraba el enorme cartel con el rostro de Jackson lo irritaba.