Lee Minho, a sus 20 años, ha llevado una vida algo descarrilada, agotando la paciencia de su madre con sus constantes problemas y decisiones impulsivas. Justo cuando piensa que su vida no puede empeorar, todo da un giro de 180 grados: su madre anunc...
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C A P I T UL O 21
Chan miraba como aquel chico de cabello naranja rompía a llorar, así como temprano cuando se habían conocido. No entendía por qué solo sabía que aquel chico necesitaba un amigo o algo más. El mayor lo miró desplomarse sobre aquella banca así que decidió sentarse un lado.
—¿Por qué lo hizo? —Por fin habló —Quiero que no duela pero, no para de hacerlo... cada vez hace algo que me duele más —Dijo —Despues de todo lo que me hizo...¿Resulta que le gustan los chicos? Ay mierda perdón yo...
—No te voy a juzgar, a mí también me gustan los chicos —Dijo guiñándole un ojo al menor sacándole una carcajada —¿Estamos hablando del novio de Han?
—¿Son novios?
—No lo se, pero desde que lo conocí andaba como idiota celando a Han de mi, no lo culpo soy hermoso —Aquella broma había hecho que el menor riera.
—Sigo sin entender, ¿Qué tiene el? Pase mucho sintiéndome tan mierda y el solo —No pudo resistir de nuevo y las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas. El mayor simplemente se levantó y se arrodilló en medio de las piernas del menor tomándolo de las mejillas y limpiando sus lágrimas.
Dicen que una persona necesita cuatro minutos para enamorarse, Chan solo necesito verlo llorar en la mañana para hacerlo. Chan con el pasar de los años había quedado solo por es misma razón antes se le conocía como un «maton» pero algo en e cambio. Por otro lado Seungmin siempre fue alguien que no le gustaba pasar tiempo con las personas y solo tenía un amigo (Minho) pero había cometido un error al decirle lo que sentía.
Seungmin vio los ojos de Chan, tenían un brillo espectacular, que lo hacía sentir tranquilo.
—Par de maricones —Soltó una tercera voz haciendo que Chan se enoje.
—Venga tu papá no opina lo mismo —Defiende Chan y San queda en silencio —Ve a buscar una vagina donde meter tu polla San —Dijo Chan y aquel tipo bufó. San sabía que tenía prohibido tocar a Chan.
—Gracias...
—De nada, aunque esos idiotas no merecen...
—Hablo de hacerme sentir bien, la verdad no sé que hiciste pero... gracias.
—Pues para eso estamos, ahora deja de llorar por ese idiota y vayamos a disfrutar la feria ¿Quieres? —El menor sonrió para luego asentir, sabía que era difícil de llorar pero disfrutaría su noche al máximo.
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