Lee Minho, a sus 20 años, ha llevado una vida algo descarrilada, agotando la paciencia de su madre con sus constantes problemas y decisiones impulsivas. Justo cuando piensa que su vida no puede empeorar, todo da un giro de 180 grados: su madre anunc...
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C A P I T U L O 25
La campana de la puerta sonó y aquel rubio sonrió amablemente.
—Buenos días, bienvenidos a pet kawaii. ¿En qué puedo servirles? —indagó pero al ver a los chicos soltó una sonrisita —Hola Hannie.
—Hola lix, ¿Cómo estás?
—La verdad muy bien, hola a ti también gatito —Saludo refiriéndose a MinHo quien alzó la ceja al escuchar ese apodo.
—Hola.
—Ay que frío, ¿Que quieren?
—Quiero adoptar a un gato —Explicó el castaño menor y MinHo rápidamente lo miró.
Esa mañana ambos se levantaron y Jisung insistió en que MinHo y el debían ir a un supuesto lugar secreto, el mayor no pudo resistirse a los encantos del Jisung asique simplemente termino aceptando, aun que no supiera a donde irían. Ya que el menor se limitaba a decir «es una sorpresa». Así que cuando aquellas palabras salieron de la boca de Jisung no pudo evitar estar super sorprendido. La idea de que Jisung no olvidará algo que el siempre había querido, se le hacia sumamente especial.
—Seguro, vengan conmigo —Ambos comenzaron a caminar detrás del chico de pecas y Minho se detuvo tomando a Jisung de la mano.
—¿Que pasa?
—¿Es enserio Jisung?
—Tu dijiste que querias un gato y... Me ayudaste con lo que yo quería aunque tú también le tuvieras miedo a las alturas así que, es mi turno de darte algo que se que querías, y si te vas... Puedes quedarte lo —Aquello último había sonado tan triste que hizo que el corazón de MinHo se contrajera.
—Ey ji...
—¿Que esperan? Vengan —Gritó Félix y Jisung se encaminó rápido a dónde estaba el otro, minho llegó y pudo apreciar aquellos hermosos animales.
—¿Cuál te gusta?
—Todos... Pero... Ese de ahí está solo, lo quiero —Señaló. Era un gato gris con algunas rayas más obscuras — me gusta ese.
—buena elección y algo rápida —Felix se acercó y tomo aquel minino entre sus brazos para acariciarlo y dárselo a minho quien lo sujetó con sutileza para comenzar a acariciarlo. Ambos rieron y luego de todo el papeleo compraron un portagatos para salir del lugar.
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