25 de agosto, 1984. ciudad.
Juana.Mi vida seguía igual después del abandono de Devon.
Pero ahora tenía volvía mi propósito principal de venir a esta ciudad, volver con Thomas; Mi primer y tendría que haber sido el único objetivo.
Usé un vestido negro un poco desgastado, compré una botella de alcohol en el supermercado y me fui directo al bar en donde Thomas siempre estaba todos los viernes, con esas estúpidas chicas que no me llegaban ni a los talones.
Al segundo que llegué, empecé a saludar a la gente como si los conociera de toda la vida, claramente en este punto ya estaba demasiado ebria. Me subí a la pista principal, y ví a Thomas con la tonta de Cassandra besuqueándose sobre un palco exclusivo.
Le di un último pero buen trago a la botella, la tiré al suelo y empecé a caminar bastante enojada hacía ellos. Las luces de colores no me dejaban ver bien y los perdía de vista, pero finalmente pude llegar y me paré enfrente suyo.
Ellos pararon y sonrieron.
—Ah, Juana, que gusto que hayas venido amiga mía.—Exclamó Cassandra, seguro haciéndose la chica santa, yo ya no estaba para juegos.—Cierra el pico y devuelve a mi novio, perra idiota.—Grité mientras me tambaleaba de un lado a otro. Cassandra se impactó por mi comentario, parpadeando muchas veces, pero no tardó en saltar a la defensiva.
—Si te cortó es porque ya no te quiere, tontita.—Chilló ella mientras agarraba a su novio de la camisa para seguir, pero Thomas giró la cabeza y me siguió mirando, Cassandra se quedó atónita. Yo puse los ojos en blanco, y arrugé la nariz con desagrado.
—Seguro me ama más que a ti, pelo duro.—Respondí muy segura de mí misma. Incliné la cabeza e hice una cara de lástima cómo signo de ternura sarcástico.
—A ver, intenta tocarlo y verás.— Me sorprendía que tuviera tanta seguridad, me daba un poco de pena verla así.
—Pruebame hija de puta.—Atajé y seguido a eso, me acerqué a Thomas y lo empecé a besar muy apasionadamente.
Era como fuego ardiente, mis manos sujetaban su cara pero al mismo tiempo le removía el cabello, el las tenía sobre mi cintura, que cada vez iban más abajo. A simple vista parecíamos dos locos.
Ella estaba estallando de la furia, y le empezó a darle golpes a su "novio" para que pare de hacer eso, pero los dos la ignorábamos y seguíamos como si ya no existiera.
—Que zorra de mierda.—Espetó Cassandra mientras no le prestábamos atención alguna, Thomas ladeó la cabeza y se empezó a reír.
—Piérdete rarita, nadie te necesita.—Opinó entre risas bobas, yo extendí mi mano a su mejilla y lo giré hacía mi de vuelta.
—Llévate tus cuernos a otro lado Cassy— Estaba demasiado tomada para pensar en lo que estaba diciendo.
Ella estaba que explotaba, en ese momento no pudo contenerlo más, y empezó a agarrarme del cabello. Yo lancé un grito de dolor y le pegué en el estómago, ella se retrocedió para atrás pero volvió y me pegó una cachetada en la cara, y seguido a eso lanzó mi cabeza sobre la barandilla, haciendo que me estrellara de cara y empezara a sangrarme la ceja derecha.
Me tapé la herida con una mano y los guardias empezaron a subir las escaleras. No estaba para multas ahora, así que no tuve mejor idea que agarrar de la mano a Thomas y salir corriendo a la primera habitación que encontrara.
Entramos a una habitación vacía, supuse que era el almacén de comidas. Cerré la puerta, me senté sobre el suelo aturdida.
Thomas me dió un papel para limpiarme, pero no hubo buenos resultados.—¿Quieres... tener sexo?— Susurró en mis oídos, me empezaba a tocar las piernas con sus manos lentamente hacía arriba.
Empezó a besarme el cuello mientras despeinaba su cabello rubio con mis manos y desabrochaba los botones de esa camisa elegante, cerré los ojos e intenté pensar en amor. Pero en cambio, se me escapó la peor palabra que podía decir.
—Devon...
Puse los ojos como platos del pánico, Thomas me miró extrañado y se apartó de mi rápidamente. Me reprendí por haber dicho su nombre, intenté disculparme de la manera menos sospechosa posible, mientras volvía a ponerme mi vestido ajustado.
—No se por qué lo nombre, ya no me interesa. De verdad lo juro...
Él hizo un gesto neutral, supuse que le dió igual. Abrió la única ventana que había y sacó un encendedor para ponerse a fumar.
Me senté sobre él y me miró.
—¿Quieres?—Intervino mientras me daba un cigarro, que agarré y me lo metí a la boca, pero en realidad ni sabía como fumar.
Intenté soplarlo pero él se empezó a reír.
Me ayudó y nos quedamos en la ventana viendo todo el escándalo de afuera.—No te preocupes por haber dicho su nombre, en realidad me alegra tanto que ya no te guste Devon, ese drogadicto tenía una deuda tan grande que se tuvo volver a su pueblito de cuarta.—Cada vez que abría la boca para hablar salía el humo con un olor insoportable.
—¿Drogadicto?—Pregunté con curiosidad, me parecía extraño que de todos los insultos, usara ese en específico. Él se acomodó como si estuviera por contar una historia muy interesante.
—Solía ser mi amigo, y una vez me contó que antes de drogaba para olvidarse de su familia agresiva, pero un día se pasó y le debía una deuda que jamás podría pagar. Entonces el muy idiota escapó dejando a su familia con la deuda. Y encima ahora se fue para pagar lo que debía porque se sentía culpable, probablemente sus padres lo mataron antes.—Se paró para fumar, mirando al cielo.—Dicen que Devon Evans no es su verdadero nombre, y que lo cambia cada vez que se va de algún lado.—Finalizó entre risas. Me extrañó mucho que fuera la única que no supiera de esto, ya que había sido su novia en algún momento.
Pero al parecer, yo no sabía ni lo más mínimo.
Me generó dudas, ¿Sabía quién era realmente? ¿O era otra de sus mil identidades falsas?
—Pff, que estupidez. Nunca me contó.—Agregué mientras él me pasaba el cigarro y yo iba aprendiendo.
—Seh, yo sabía que él te dejaría. Esos chicos no duran para siempre.—Pero yo no le prestaba atención, estaba pensando en lo que me había dicho antes.
¿Eso significaba que estaba en Dorlake?
¿Por qué volvió al lugar por donde se escapó?
Parece que en realidad no entendía absolutamente nada.
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Vivir de amar
Romantik¿Se puede volver a amar después de romper con el amor de tu vida? O eso creías. Para Juana Mills, la vida ya no tenía sentido después de romper con su primer y único novio. O por lo que ella creía también, el último. No se imaginaba que intentando...