4 de octubre 1985, ciudad.
Juana.La gente gritó del horror, cuando decidí pararme y confesar que sentía realmente.
Pero por lejos la peor cara, y ganadora de los premios de sorpresa por muchos votos, fue la de Devon cuando se dió vuelta para verme horrorizado, por segunda vez en la noche.
La novia empezó a hacer un escándalo lloriqueando, mientras todos los demás invitados gritaban y corrían para todos lados, cuchicheando sobre el hecho ocurrido. Reconocí que algunos estaban emocionados por el drama, pero otros apenados por Sandra, yendo a donde estaba para consolarla y calmarla aunque sea un poco.
Devon soltó un suspiro de agotamiento y se acercó a mi, tomó de mi mano exageradamente fuerte y me llevó por un pasillo hacía un lugar con menos ruido. —Vaya, otro maldito déjà vu— Pensé.
Entramos a la terraza del salón, donde estaba todo preparado para el final de la fiesta.
Estaba tan bien decorado, me dió un poco de pena por haberla arruinado.
Él se llevó una mano a la frente con preocupación y se la llevó al cabello para desordenarlo, pensé que tal vez estaría enojado conmigo por haber interrumpido su boda, pero su cara mostraba algo más apagado. No pude evitar levantar una ceja con curiosidad, mientras él colapsaba al lado mío.
Más tarde se sentó en el borde de la terraza, con sus zapatos lustrados suspendidos en el aire y yo supuse que tendría que hacer lo mismo. Me senté junto a él.
—No sabes cuánto me arrepiento de ser lo que soy. Jamás tuve que haberte hecho daño, cuando fui al departamento por última vez, me dolió más que todas mis heridas juntas, era como si mi corazón se hiciera añicos todo el tiempo. No sabía que hacer con la deuda y...—Devon hablaba muy nervioso y rápido mientras lloraba, apoyando las manos sobre el suelo para tener un poco de estabilidad, aunque era realmente inútil, temblaba desesperadamente.
Le di una seña para que se apoyara en mi hombro, mientras él no paraba de sollozar.
—Devon...—Dije con tristeza, apoyando una mano sobre su mejilla para consolarlo. Quería seguir hablando pero él me interrumpió antes.
—Mi madre, me dijo que me casara con la hija del alcalde para darle dinero, y yo sentía culpa cada día que vivía, no puedo hacer nada al respecto; Ahora todos cuentan conmigo y no puedo volver a decepcionarlos. Todas las noches solo pensaba en ti, deseaba con toda mi alma en que algún día podría volver contigo, pero pensé que la mejor idea de despedirme era que pensaras que fuera un idiota, entonces actué muy, muy estúpidamente, pero no pude impedir que abriera la boca otra vez. Me odio tanto, y entiendo que ya no quieras estar conmigo, fui un estúpido la mayor parte del tiempo...—Exclamó él. Se llevó las manos a la cara muy frustrado.
En ese momento estaba procesando todas las cosas que me había dicho en un solo minuto, no podía creer que había tantas cosas que yo no supiera. Era la cereza del pastel entre mi enojo y pena.
—Devon, a la mierda todo. Tus hermanos locos, el pasado, una estúpida deuda que a NADIE le importa, Thomas, aquellos idiotas que te quieren matar. No te voy a dejar aquí, cargando con todo el peso de tu pasado. No quiero volver a perderte. Además, Si no te quisiera, ¿Por qué arruinaría una boda tan costosa? Pf, y pensé que tú eras el inteligente...— Él lo miró extrañado mientras sus ojos confundidos transmitían —¿Qué?— ella lo vió, pero siguió hablando.
—Quiero que tengas una última escapada, pero esta vez, que sea conmigo.—Confesé mientras sus ojos negros vidriosos me fijaban la mirada.No pude seguir solo viéndolo de esa forma, y lo abracé.
Por todas esas penas, dolores, recuerdos y peleas por las que habíamos pasado, que dolían tanto.
Que siempre serían parte de nosotros.
Él se secó las lágrimas con una mano.
—¿Como tu novio o tu rata-cocinera?—Preguntó sarcásticamente mientras volvía a ver esa hermosa sonrisa divertida, que contagiaba a cualquiera que la viera.
—Como mi rata-cocinera, obviamente.—Respondí, y nos empezamos a reír mientras veíamos el anochecer tan silencioso como pacífico.
Nos quedamos un rato en silencio, mirándonos la cara del otro...
—Ejem...
Él lanzó un bufido divertido y yo hice lo mismo. No soportamos más no decirnos nada, y al igual que la primera vez, en medio del silencio puro, nos empezamos a besar desesperadamente.
Con aquellos besos podía sentir toda su lucha de volver a verme todo este tiempo, y supongo que también pudo sentir la mía recorrer por todo mi cuerpo, que ahora mismo estaba siendo descargada de uno al otro, de manera muy dulce pero apasionada.Llegué a la conclusión de que los dos ya estábamos cansados de esta locura, y tan solo queríamos ser una pareja normal.
En un momento, Devon se alejó y puso una mano sobre mi mejilla para decirme algo.—No sabía que eras tan cursi...— Susurró él a poca distancia de mi rostro mientras volvía para acercarse, arrebatándome besos cortos. Yo lo paré apoyando mi dedo índice en sus pomposos y rosados labios. Se impactó por mi acción pero sus comisuras se inclinaban hacía arriba con una sonrisa pícara.
—Lo dice el que me regalaba flores y cocinaba todos los días.— Exclamé con ironía.
—hm, tienes un punto.— Respondió con un tono dulce y cautivador.
Antes de poder reírme de él, volvió a besarme apasionadamente, mientras yo tenía mis manos en sus mejillas de la forma más delicada posible y las suyas estaban sobre mi cintura, era tan impulsivo como extasiante, pero al mismo tiempo suave y afectuoso.
Definitivamente fue el mejor beso que había tenido en mi vida.
Después de un rato, le di la mano para levantarnos y aceptó sonriendo, bajamos por las grandes escaleras y salimos de ese horrible salón por un pasillo secreto para que nadie se diera cuenta y no armáramos un segundo escándalo.
Cuando entramos a un taxi, lo miré con curiosidad e hice lo que mejor me sale, preguntar cosas estúpidas.
—¿Ahora te tengo que llamar Devon, Tom o Robbie?—Quise saber, levantando una ceja.
—Devon, creo que me representa mejor.—Comentó el mientras se acomodaba su traje de novio, que estaba muy limpio y prolijo.
Buscó algo y recogió un recorte de revista vieja que tenía en su bolsillo, que en la parte delantera decía; "Devon Evans, el vampiro super modelo sexy".—Sí, yo también lo creo.—Agregué mientras los dos sonreíamos, no podía creer que me hubiera salido todo tan bien, después del desastre que era mi vida antes.
Llegué a la casa de Tomás y recogí todo mi dinero, él hizo lo mismo con su inmensa mansión compartida con Sandra y tomamos un tren hacía un destino desconocido.
Pero esta vez, no me sentía sola,
él estaba a mi lado.

ESTÁS LEYENDO
Vivir de amar
Romance¿Se puede volver a amar después de romper con el amor de tu vida? O eso creías. Para Juana Mills, la vida ya no tenía sentido después de romper con su primer y único novio. O por lo que ella creía también, el último. No se imaginaba que intentando...