CAPÍTULO 23

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Miro el reloj de la biblioteca y resoplo con pesadez. Llevamos dos horas estudiando sin parar para los exámenes finales que serán dentro de unas semanas y yo ya estoy agotada mentalmente. Zoe me mira divertida al escucharme, está igual de aburrida que yo, pero estando en la Fragua no tenemos nada mejor que hacer, solo deberes y estudiar. Si te gusta el fútbol, como es el caso de Irene y otras alumnas del centro, tienes suerte de tener ese pasatiempo los fines de semanas, pero sino serás consumida por el aburrimiento.

Echo un vistazo por las mesas de la biblioteca, todas ocupadas y en completo silencio, concentradas las chicas en sus propias tareas, y me extraña no encontrar a Elena, por lo que supongo que estará con Dani. Fue una total sorpresa para todas enterarnos que estaban saliendo. ¿En qué momento se han enamorado sin que nos diésemos cuenta ninguna de nosotras? Alucinante, pero me alegro por elles, se les ve felices juntes. Además, desde entonces Elena ha cambiado un poco. Sigue siendo una estudiosa repelente, pero no tanto, y encima nos corrige todo el tiempo cada vez que usamos mal los pronombres de Dani por despiste u olvido, aunque ya cada vez nos ocurre menos.

—¿A quién buscas? —me pregunta Zoe susurrando.

—Elena —gesticulo.

Zoe mira al techo pensativa y luego murmura el nombre de Dani a la vez que hace un gesto obsceno dándome a entender que estarán follando ahora mismo. Tengo que taparme la boca y poner todos mis esfuerzos para no soltar la tremenda carcajada que se me iba a escapar.

—La está llevando al lado oscuro —añade subiendo un poco la voz por la risa que a ella también le ha dado su propio chiste.

Algunas alumnas que están sentadas a nuestro lado nos chistan para que guardemos silencio y Zoe me indica con un cabeceo que salgamos fuera de la biblioteca, total, por muchas horas que estudiemos no vamos a sacar notazas, con un cinco raspado nos conformamos.

—Casi escupo el pulmón de la risa que me ha dado —le digo una vez que estamos fuera sin importarnos ya hablar en voz alta.

—¿Acaso no lo has pensado tú también?

—¿Elena follando? —exclamo incrédula— Se me hace muy rara esa imagen en mi cabeza.

—Yo creo que Dani es una mala influencia para ella —comenta con esa forma que tiene de bromear que parece que lo está diciendo en serio—. ¿Cuándo ha estado una hora sin estudiar? Nunca, pero desde que están juntas no le importa tanto.

—Ya, tienes razón, pero reconoce que hacen buena pareja —digo recordando algunos momentos en que las he visto de la mano, abrazándose o incluso besándose por los pasillos o en el dormitorio.

Al principio se me hacía súper raro ver a Elena con esa actitud tan cariñosa y más con Dani, con quien no se llevaba muy bien al principio de empezar a juntarnos todas, pero ahora cuando las veo juntes me dan hasta envidia. Envidia sana, pero envidia al fin y al cabo. Me encantaría poder tener eso mismo con Sofía, pero ya he comprendido que mi tiempo pasó, que desaproveché la ocasión que tuve y he aceptado la distancia que Sofía prefiere mantener aún entre nosotras. Me sigue doliendo e incluso trato de evitar verla con Valeria dándose cariño con la misma naturalidad con que veo a Dani y Elena. Es diferente, por una pareja me alegro y por la otra me muero por dentro, pero estoy esperanzada de que con el tiempo todo quede en un simple recuerdo.

—Por cierto, ¿sabes algo de Nuria? —le pregunto entonces acordándome de ella.

—No, por mucho que le pido a la directora que me de noticias suyas, o a Bea un móvil para llamarla, no consigo ni lo uno ni lo otro —contesta ella con desánimo.

Hace tres meses que Nuria dejó la Fragua tras su intento de suicidio. Zoe le salvó la vida, aunque no le gusta que se lo recuerde, no piensa que le haya salvado de nada porque sigue teniendo el mismo problema y puede volver a intentarlo en cualquier momento. Ya que la razón por la que intentó quitarse la vida, aparte de los problemas que ya tenía y que Zoe me contó en confidencia una noche, es que no soportaba la idea de tener que callar durante toda su vida lo que habíamos hecho con la profesora de matemáticas. La verdad es que nos preocupa mucho que pueda llegar a confesarlo en algún momento, pero Zoe quiere creer que por la amistad que las une no lo hará.

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