Antes de ponerme la camisa del uniforme dejo que Elena aplique la crema en los moratones que tengo repartidos en la espalda y alguno en las costillas. Tuve suerte de que ninguno de esos golpes me ocasionara ninguna lesión grave, aunque sí psicológica. Desde ese día me pasé el resto de las vacaciones encerrade en casa, me negué a salir incluso para ir a casa de mi abuela a celebrar la nochevieja, así que mi madre tuvo que prepararlo todo para celebrarlo en la nuestra.
Para colmo no recibí palabras de ánimo o apoyo por parte de mis familiares, y aunque mis padres han denunciado la paliza piensan como el resto de que la culpa fue mía por ir con "esas pintas de machorra". Eso sí que me ha dolido mil veces más que todos y cada uno de los golpes que he recibido y que Elena ha decidido encargarse personalmente de cuidar. De cuidarme.
—Los que te hicieron esto sí que merecen estar en un reformatorio y no tú. Son una panda de, de, de... ¡Cabrones!
A Elena le sale el insulto con tanta fuerza que el resto de chicas que están terminando de prepararse para bajar a desayunar se nos quedan mirando sorprendidas. No es habitual escuchar a Elena hablar así, pero que lo haga por defenderme reconozco que me causa cierta ternura.
—¿Qué les costará usar las neuronas para aprender? Dios mío, me saca de quicio.
—Déjalo, Elena, da igual.
—No, no da igual, Dani. Me da rabia verte el cuerpo magullado por culpa de unos cavernícolas. Y ni se te ocurra normalizar las agresiones tránsfobas —me advierte enojada y aplicando demasiada fuerza en uno de los moretones, provocando que me queje de dolor—. Lo siento, es que me pongo de los nervios al pensarlo.
Me hace gracia verla así de enfadada, creo que si esto me hubiera pasado a inicios de curso habría tenido una reacción muy diferente, seguro que estaría de acuerdo con mis padres en que fue mi culpa. Sin embargo, ha dado un gran cambio en este tiempo, no sé bien cómo explicarlo, pero es como que se ha vuelto más humana y empática.
—Estuve leyendo sobre el género no binario y la disforia —me cuenta de pronto—, a escondidas de mis padres, claro. Si se enteran de que leo sobre esas cosas les da un parraque —dice riendo al final, aunque sé que va en serio.
Me sorprende gratamente que haya dedicado tiempo de sus vacaciones a interesarse por saber sobre mi identidad de género y el problema emocional que me causa la disforia. Me ilusiona tanto que hasta me conmueve, suerte que estoy dándole la espalda y no puede ver el brillo en mis ojos.
Al mencionar a sus padres pienso en que personas con su mismo pensamiento fueron las que me atacaron y un escalofrío me recorre la espalda. Elena se da cuenta y se disculpa en seguida si ha vuelto a hacerme daño creyendo que ha apretado demasiado en uno de los golpes. Elena ha podido tener un pensamiento igual o parecido hasta conocerme a mí, y eso me duele. No debería mencionar esto, pero no puedo morderme la lengua, creo que debería ser consciente de ello.
—Si tus padres se enteran de que eres amiga de alguien como yo no les gustará nada.
La mano de Elena se detiene en seco. No dice nada, pero la escucho coger mucho aire y soltarlo en un resoplido. La he cagado, no tendría que haber dicho eso. Quiero darme la vuelta y disculparme, pero Elena no me lo permite y continúa aplicando la pomada.
—Tienes razón —musita apenada—, pero yo no quiero ser así. No se me pasaría por la cabeza hacerte daño. Nunca, Dani, te lo prometo.
—Lo sé, no tienes que prometérmelo, boba. Perdóname por haberlo dicho —le digo apretando levemente su pierna de forma cariñosa—. Además he crecido en una familia católica, aunque no sean muy practicantes. Ni siquiera van a misa, pero sí me bautizaron y me obligaron a hacer la comunión. Pero yo paso de todo eso, de cualquier religión. Siempre hablan de querer al prójimo y de buscar la paz, pero a la vez señalan al diferente y le desean el infierno. Son unos hipócritas.
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La Fragua
Teen FictionUn reformatorio femenino es el infierno donde vive un grupo de chicas que acabaron allí por diferentes motivos, algunas llevadas por la justicia y otras por sus propios padres. Un grave accidente que jamás debió ocurrir propiciará la unión de estas...