En cuanto subí la historia en donde Yudith me había mencionado, un par de mensajes me llegaron al privado de Instagram.
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Bloqueé el móvil y miré a mis amigos.
-¿Qué pasa?-.
-¿Muy sonriente estás tú no? -Preguntó Yudith a mi lado-.
-Pues por qué es mi cumpleaños-.
-¿Y no hay ningún escocés o escocesa que te haga el chocho pesicola?-.
-No Carlos no -Me carcajee. -Allí es complicado todo... ¿¡Os creéis que hicieron una fiesta, que para ellos era "Fiestón" y cuando llegué estaban todos bailando como unos robots!?-.
-No me jodas -Se carcajeó Yudith-.
-Te lo juro, y para beber había. ¡Cuidado eh! No os lo vais a creer.... ¡Ponche sin alcohol y había de varios sabores!-.
-¿Pero tú te has ido a Escocia o a la cárcel de guantanamo? Pregunto... -Dijo entre risas. -¿¡No me digas que el tabaco también está prohibido!?-.
-Si tu supieras todo lo que está prohibido... tengo que maquillarme prácticamente todo el cuerpo, por qué si no, se me ven los tatuajes-.
-Madre mia... -Habló Carlos de nuevo. -¿Y polvetes? ¿Qué tal son por allí en la cama?-.
-Pues mira, se lo mismo que tú. -Respondí. -Y estoy que me subo por las paredes-.
-Pues hoy a triunfar Alba Martínez-.
Tras comer el pastel, nos pedimos un par de mojitos, para empezar a calentar motores.
Un mensaje inesperado llegó a mi móvil.
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Con un nudo en la garganta bloqueé el móvil y lo guardé en mi bolso.
-¿Nos vamos a alguna disco? -Pregunté-.
-Si, pagamos y nos vamos -Habló Carlos-.
En cuanto salimos del restaurante, nos dirigimos hasta la discoteca donde solíamos salir siempre.
