Capítulo XLI

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Los días fueron pasando.
Tanto que pasaron hasta años...
Décadas...

Bueno, tampoco tanto... 

Fueron solamente tres años los que pasaron, cuando terminamos la academia.

Finalmente nos graduamos y pudimos empezar a vivir. Vivir de verdad, ahí si.

En un principio, mis padres nos dijeron de vivir en el palacio, pero a decir verdad, la morena y yo estábamos deseando de irnos a vivir juntas, las dos solas, y seguir con nuestra historia de amor.

Y así lo hicimos.

Teníamos uno de los edificios reales a nuestra disposición. Estaba dentro de lo que venía a ser el Palacio, pero era un edificio aparte.

Estaba dándome mis últimos retoques de maquillaje cuando el sonido del timbre hizo que diese un pequeño bote.

-¿Abres? -Pregunté-.

-Sí-.

Escuché a la morena acercarse hacia el telefonillo y atendió con rapidez.

-Es tu madre. Tu hermana ya está aquí-.

-AYAYAYAYAY que nervios Nat-.

Dejé todo sobre el mueble del baño, me eché el perfume y finalmente me puse el collar de oro.

-¿Lista?-.

-Lista. -Respondí abriendo la puerta de casa-.

Ambas bajamos del edificio y fuimos al principal, donde pudimos ver a Marina hablando con mi madre.

En cuanto me vió, salió corriendo a mis brazos.

-¡Tati!-.

-¡Mini!- Exclamé envolviéndola entre mis brazos. -¿Cómo estás? Te veo estupenda-.

-Muy bien. -Respondió sonriendo. -Cuñadita. -Le abrazó a Natalia. -Cada día más alta coño-.

-Eres tú, que has encogido allí en Italia-.

-¿Y dónde está la tortuga ninja? -Pregunté mirando para todas partes-.

-Hablando con papá, están reunidos en su despacho. -Respondió Marina-.

-¿Cómo va tu vida en Italia? -Pregunté mordiéndola-.

-Muy bien, el sobrino de Leo es un amor, tiene 5 añitos y es todo un galán. Me regala florecitas y todo. Su familia en general es encantadora, por no mencionar lo guapos que son todos. -Respondió-.

-¿Pero con el todo bien?-.

Ella asintió sonriendo.

-Yo creo que pronto me pide que me vaya a vivir allí con el-.

-Pero si lleváis viviendo ya un año... Que me estás contando-.

-Pero formal, tía. En plan, relación, ¿Sabes? Y en ese caso, yo sería reina junto a el y vosotras, seríais reinas de Aetheris. Cómo se ha planeado siempre-.

-No, siempre se ha planeado que tú fueras reina de Aetheris, no de la realeza italiana-.

-Todo en esta vida no es como se planea cariño. -Me abrazó. -Pero aún no hay nada firmado eh-.

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Apenas pasaron dos meses cuando nos llegó la noticia de que Leonardo, le había pedido matrimonio a Marina, y así poder gobernar junto a el, Italia.
Cómo era de esperar, Marina aceptó y así comenzó la historia de amor de ellos.

En nuestro caso, o más bien en el mío. Toda la responsabilidad cayó sobre mí. Dejándome ahí.
Si, con todo el poder de Aetheris.

Natalia, mi preciosa novia, era quién gobernaría Aetheris junto conmigo. Algo que me encantaba cada día más.
Pero lo que más me gustó, fué saber que todos los planes que ella tenía en mente, eran similares a los míos. Con lo que poco a poco fuimos cumpliendo todas nuestras metas y sueños.

Eyes Colors 「Albalia」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora